O de un trago salvaje y refrescante, pura dinamita en un océano de birras sosas.
Curioso destino el de esta pareja de alemanes, originarios de Nuremberg-Baviera, instalados hace ya tiempo en la aldea de Bezolles, en el Gers francés. Manfred-Erasmus ejercía de ingeniero en electrónica y su esposa, Marion, fue gerente de una empresa con muchos empleados, ya saben, vida loca, los niños en la guardería y todo el día corriendo como bobos. Así que ni cortos ni perezosos, decidieron dejar su vida ajetreada instalándose en Francia para convertirse en granjeros-productores de refinada cerveza, rasgo común de la familia, pues el abuelo de Manfred fue cervecero en Austria, formado en Munich.
Fundaron su “brasserie” en el año 2000, en una vieja forja, pues los dos oficios tienen puntos comunes al trabajar con cuatro elementos comunes, agua, fuego, tierra y aire. La cerveza se elabora sobre lías, se embotella sin filtrar, adquiere en el vaso una tonalidad turbia de precioso color caoba-canela y desarrolla una espuma densa que se queda pegada al primer sorbo en el bigote. No está pasteurizada, tiene cinco grados y es trago salvaje, refrescante, muy poco habitual en un océano cada vez más extenso de cervezas sosas, sin espíritu, carentes de personalidad.
Marion y Manfred-Erasmus Boelderl
La Forge de la Bière-32310 Bezolles
Tél/fax : 00 33 5 62 28 94 17
Tiene pinta de no ser una pilsener cualquiera. Se le ve con mucho cuerpo.
David,
¿Sabes dónde se puede encontrar la cerveza?
Elena, la tomé en un restoran en las Landas y me encantó tanto que no pude evitar escribir sobre ella, ¿dónde comprarla? pues por aquí no, la verdad, quizás sea cuestión de insistir a sus fabricantes para que nos la traiga algún importador, yo ya les llamé y les di la «plasta» correspondiente. salud!