O de que la muerte nunca es tan hermosa como en esta fotografía.
Te arrancan los goteros y sacan la cacharrería inútil de tu habitación.
Luego abren la ventana -para qué, si ya no sientes calor- y todos los vivos languidecen.
Tiritan de miedo, pobrecillos.
Te deslizan en una bolsa y amarran un código de barras a tu pie, como al fiambre del supermercado.
Alguien llama al cura, hay que joderse.
Y lloran mientras te descojonas de la muerte.
Qué solos nos quedamos los muertos.
Crédito fotográfico by Desiree Dolron
Esto a qué viene? Creo que me he perdido…
loren, esta foto me persigue desde hace años y ayer descubrí el nombre de la fotógrafa, así que para subirla al blog le hice un texto autobiográfico recordando el día de mi muerte (yo es que me muero y vuelvo a la vida constantemente, un par de veces al año). besos en los papos!
Osea que te mueres del gusto. Así sí lo entiendo.
morirme de gusto, lo que se dice morir, me muero todos los días unas 50 veces, te lo juro. leña!
Desconcertado estoy. La foto es una pasada.
Hola Jorge:
Acabo de descubrir esta foto. Realmente hermosa…y sobrecogedora.
para mi no a hi muerte por q llo nunca me viy a morir e soñado q m e muerto barias veces