Decorar

Archivado en: Dicen de mí

decorar

O que en la mesa, si pecas de cursi-pedorro, es mejor que te coman los leones de Ángel Cristo.

Hace unos días me preguntaron acerca de la decoración de los platos para la mesa. Tras aliviarme del aturdimiento que provoca cuestión de tal calibre y siendo devoto defensor de la cocina que se presenta con naturalidad sobre su vajilla, me dispuse a escribir una cuartilla con algunas consideraciones que lanzo a continuación. Háganme caso o no, allá cada uno y su conciencia.

Dice así: Huye de las decoraciones innecesarias. Decorar un plato es ridículo. La mejor decoración es el propio alimento en su jugo acompañado o no de una buena guarnición. Olvídate de floripondios, pieles de tomate enroscadas en forma de flor o la sosa hoja de lechuga despachurrada con medio tomate encima. O del limón cortado en filigranas, en forma de cestita u horterada similar. Vete al grano. Si crees que hará falta limón, córtalo en gajos y santas pascuas. Lo mismo con las salsas, colócalas en boles bien limpios, en su punto y siempre a mano: holandesa, salsas frías, vinagretas, lo que sea, ponlas en recipientes adecuados, los más hermosos que tengas. Olvídate de la lechuga cortada en tiras bajo el centollo cocido o tu foie gras. No seas cursi. Si sirves marisco tibio, envuélvelo en una servilleta para que conserve el calor. Si es frío, agénciate una buena cantidad de hielo en escamas o tenlo, sin más, en la nevera. Emplea lechuga, sí, pero para hacerte una buena ensalada con la que acompañar tu pescado al horno o el asado. Ten pan oscuro y mantequilla para acompañar tus ostras, cigalas, gambas o bogavantes. Si haces un asado, ten guarniciones que lo escolten servidas en boles que puedan pasar de mano en mano: una ensalada de berza o un puré de coliflor, verduras hervidas en su punto o una ensalada refrescante que desgrase. Huye de lo superfluo. De lo accesorio. No te tomes la molestia de decorar lo que ya es bello de por sí. Dispón tu mejor cubertería, el mantel más querido que guardes en tu cajón. La cristalería que nunca te atreves a sacar del armario. Pon flores. Ten pan fresco, tostado. Sirve el agua fría, el vino adecuado. Que todo sea un primor. Esa es la verdadera decoración: la natural, la espontánea. E intenta estar sentado-sentada evitando preparaciones que te ausenten de la mesa. Haz el máximo posible de cosas con antelación y disfruta: también es tu día. Decora la mesa estando tú en ella. Los tuyos lo agradecerán. El resto, sobra.

Crédito fotográfico by David de Jorge

1 comentario en “Decorar

  1. Lolo

    JODER! No se ni como expresar esa lagrima que casi, porque los ojos estan llorosos, se me sale al leer:
    No te tomes la molestia de decorar lo que ya es bello de por sí.
    Pocas frases se van a meter en mi cabeza, pero esta os lo juro que va a ser una de ellas.
    Pues claro que si; la cocina esta para manchar platos, cazuelas, cubiertos, manos y hasta la boca o la cara, ya abra tiempo de limpiar, pero disfruta mientras ensucias.

Los comentarios están cerrados.