Los tigres abrazan a sus presas lamiéndolas al mismo tiempo que las magullan.
«Un hombre furioso y bestial se dejará llevar hasta el asesinato, porque se hallará saturado de vino o furioso, inspirado por la ira o el alcohol. Es malo. Ignora el placer de matar, la caridad de dar muerte como una caricia, de hacerla intervenir en juegos que son como los de las fieras distinguidas: los gatos, los tigres, abrazan a sus presas lamiéndolas al mismo tiempo que las magullan. (…) Se oían risas, algunas demasiado fuertes, pero en cuanto Anne, con un movimiento de hombros, había dejado resbalar hasta el talle su kimono, ya nadie reía. Las cúspides extremas de la perfección sólo inspiran sosiego al violento.»
Escrito por Colette.
Crédito fotográfico by Junjan
