Los Diamantes & FM

los-diamantes_2

Viva la tasca granaína!

Para los viciosos de las barras bien surtidas que no se andan con chiquitas.

Ya les dije que no hay nada como disfrutar del final del verano y el principio del otoño en Andalucía, que es paraíso que uno puede patear siempre en alpargatas, y que huele y sabe a dicha plena y remolona. Granada, en concreto, es puro embrujo de ciudad, y muchos de sus tascos lugares donde uno perecería tapeando como un zampón de tomo y lomo. No me iré por los cerros de Úbeda y como les traigo mucho tocino bajo el brazo, iré al grano.

“Los diamantes” de la calle Navas, es un lugar especial, capaz de sorprender con su fritura hasta a un mismísimo sevillano de camisa planchá y mocasín inglés, don José María Gil Arévalo, que alucinó en cinemascope apostado en la barra de un bar del que, milagrosamente, no había oído nunca hablar. Josemari, para los amigos, es un tipo que come todos los días del año fuera de casa y se patea todas las barras en busca de la ración guisada, el embutido, el pringue y la cervecita fresca.

los-diamantes_3De esta barra granaína salen destellos de oficio, calidad e historia, y un sabor que ha evolucionado desde la casa de comidas de una primera época, al pescaíto, los camarones, las berenjenas o las gambas fritas, o los sesitos, los champis o las mollejas aderezadas en su punto perfecto que todo el mundo quiere probar y que conforman ese recetario de raíz de la taberna por antonomasia.

Sí, amigos, la fritura fue una especialidad introducida en 1976 por la entrañable Encarna, al frente de sus fogones desde entonces y, desde hace más de veinte años, guardiana de la esencia y el atractivo de este templo del bullicio, el alboroto, el tapeo y la buena jamada. El actual propietario y marido de esta gran profesional simboliza la tercera generación de “Los Diamantes” desde que lo inauguró José Ortega Sánchez, un tipo que gestionó el establecimiento con tronío y ese oficio de los que llevan en los genes el trato con los clientes, considerando a todos y cada uno de ellos como amigos de la casa y haciéndolos sentir los reyes del mundo cuando traspasaban el umbral de su puerta con voraz apetito, deseosos de un trago fresco. Sólo él conocía el verdadero origen del nombre de su negocio, un secreto que se fue con él a la tumba y que sigue siendo objeto de leyenda. ¡Viva el frito!

los-diamantes_1

Otro imprescindible de la ciudad es el FM. Lo podríamos definir como la esencia del tasco patrio, despojado de todo el folklore habitual en este tipo de establecimientos; ni carteles, ni máquina de tabaco, ni tapas en exposición, ni lotería de navidad, ni nada que distraiga la atención a lo que ayudan las superficies de acero inoxidable pulidas, las discretas mesas de madera con sus taburetes, un frigorífico expositor y unos patrones obsesionados por ofrecer las mejores golosinas al primero que franquee la puerta y pague por ellas. Punto pelota.

No se puede reservar, ni tener enchufe ni acceder al chanchullo de la recomendación; a uno le entra la necesidad fisiológica de merendar allí y lo más recomendable es llegar el primero para no tener que compartir nada y comérselo todo.

los-diamantes_4En este tasco diminuto de las afueras de Granada la descomunal calidad de la cesta de la compra le ha hecho merecedor de una fama entre los locales y todos los viciosos de las barras bien surtidas que no se andan con chiquitas. Paco es atento con todo pichichi y practica el noble deporte de servir sus tesoros en estricto orden de llegada, gestionando el asunto en un abrir y cerrar de ojos e imprimiendo agilidad y disciplina a todas y cada una de las comandas en complicidad con su chica, Rosa, que es la jefa de la casa y una ministra en el manejo del sofrito, la plancha y el puchero.

El arranque no puede ser mejor definición de intenciones, pues aterriza en la mesa una especie de “porchetta” marinera, elaborada con cabezas de pulpo embuchadas y cocidas, con todos sus avíos y sesiña, de un sabor descomunal y singular textura. El pulpo seco es también curioso y apetitoso, comida para piratas, pasado unos instantes por la plancha para tostar y curruscarlo ligeramente, convertido en un tesoro de la casa. Las quisquillas de Motril son de desplegable de revista porno, justo hervidas y con su punto de sal que invita a beber cerveza de grifo. Los chopitos a la plancha son extraordinarios y no le hagan un feo a las inocentes sepietas, tan encantadoras ellas, si las hubiera, pues hacen una salsa con aceite, perejil y ajo que levantan a los muertos de las cajas. El boquerón planchado también es de nota, y los fritos son de factura impecable, salmonetes, rodajitas de rape y kokotxas de merluza se salen del mapa. Y hay otras virguerías, sí, un excelente atún rojo servido como un tataki y empapado de salsa de soja, o unos tomates confitados que son como morder el sol y que le provocan a uno irrefrenables ganas de salir a la calle y cantar bien alto cualquiera de los luminosos temas del maestro Peret, que dios tenga en su gloria, ¡viva la rumba catalana!

Antes de salir pitando, denle duro al café de puchero enriquecido con unas gotas de anticongelante jerezano y a la pasta dulce o el bizcochito que lo acompaña. Y den gracias a la vida si ese mismo día tuvieron la fortuna de visitar La Alhambra, princesa misteriosa sitiada por devotos pretendientes, abrumada de requiebros tan ardientes que, tímida, se oculta silenciosa. Sí, soy poeta y ayer me subí la bragueta. Chispum.

Bar Los Diamantes
Calle Navas, 28 (Granada)
Teléfono: 958 227  070
http://www.barlosdiamantes.com

FM
Avenida de Juan Pablo II, 54  (Granada)
Teléfono: 958 157 004

Deja un comentario