
O de un restaurante donde se nota de veras el oficio.

O de un restaurante donde se nota de veras el oficio.

O de un asador que sirve unas chuletas que se caga la culebra.

O de un restaurante de inspiración oriental en las que se siente la sabrosura local.

O de un restaurante con una cocina suculenta.

O de un chef que vendería su alma al diablo por un platillo de verduras rehogadas.

O de un restaurante donde emplean productos recolectados por los alrededores.

O de un restaurante donde dominan la llama para perfumar y soasar.

O de un restaurante con una cocina rebelde y que no pierde el sentido de la orientación.
