A los vascos nos encanta sumergir el pescado en salsas simples y suculentas confeccionadas con ajo, cebollas, tomates, pimientos, vino blanco, perejil y ese punto picante tan característico de nuestra culinaria más elemental.
También bordamos la parrilla y esa magia del pescado asado, aunque antes que tostar los pellejos sobre las brasas incandescentes, fuimos, sobre todo, maestros en el arte de la conserva y el escabeche.
La familia bermeana de Campos atesora una trayectoria histórica que los convierte en punta de lanza del mercado, con esas panderetas, laterío vario y frascos de cristal que vuelven locos al respetable.
Pero no solo de abrelatas vive el hombre y para los que quieran morder chicha con forma de atún o bonito del norte, ofrecen unos estuches de distintos cortes congelados de solomillo y ventresca, además de una línea gamberra de empanados y hamburguesas elaboradas con materia prima de bandera.
Fritas, plancheadas y en fino bocata o guarnecidas con encebollado o una buena salsa de tomate, son una forma sana y divertida de alimentarse. Además, el bonito del norte es certificado y fruto de la pesca sostenible con artes tradicionales garantizada por MSC, que es un club apto tan solo para los campeones del mar que saben lo que se traen entre manos.
