Leche “Behieko-Sabekoetxea”

En casa tengo fama de chamarilero y aunque poco a poco vaya curando mi enfermedad de Diógenes del despelote, el exceso y el acumule, confieso ante todos ustedes que guardo cantidades desmedidas de mermeladas, cazuelas de cobre, libros de cocina antiguos y leña para quemar en la chimenea. Por lo demás, soy un adicto a los yogures, a tener la nevera reventada y a la leche fresca, que se presenta ante mí en el supermercado, cuando la encuentro, como una especie de odalisca bereber que bailotea, me seduce y se contornea, ¡vaya pecado!

Sí, pertenezco a ese reducido grupo de humanoides que no le hace ascos a un vaso de leche recién exprimida de la misma ubre de la vaca, tibia, turbia, grasa y deliciosa. Por eso tengo que recomendarles esta leche obtenida en explotaciones de Anoeta y Altzo, píllenla si la encuentran por algún colmado o tienda de ultramarinos, pues conserva buena parte de sus nutrientes y alcanza una duración de una semana.

Cierto es que buena parte de la civilización occidental ha llegado a pensar que la leche es ese líquido blanco e insípido que puede guardarse en el armarito toda una vida, pero que quieren que les diga, si prueban ésta, se les abrirá el cielo y entenderán hasta el misterio de la santísima trinidad que toma forma de paloma. Es leche cruda pasteurizada, pero si la hierven hace nata, podrán fraguar buen arroz con leche o natillas y si la beben a gollete se les pondrá blanco el morro como a Pedro el cabrero, que para el que no recuerde, era el “follamigo” de Heidi y merodeaba a la Señorita Rottenmeier.

www.behieko.com
precio aprox. 1 l.: 2 euros

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