Ya sabrán que ningún hombre necesita tanto unas vacaciones como la persona que acaba de tomarse unas, y a propósito del bajonazo general que llegará a muchos cuando termine la navidad, les diré que hay cientos de formas de levantar el ánimo.
Una de ellas es descorchar esta botella y acompañarla de una buena fuente de percebes cocidos, para los que puedan, o de sardinillas en aceite, para el resto del común de los mortales que dejaron la tarjeta de crédito hecha añicos en El Corte Inglés.
Está estofado con las variedades Albariño, Caiño y Loureiro, que parecen los pandereteiros de San Cristovo de Cea, pero son la materia prima que contribuye a que el trago sea intenso, fresco, floral y cítrico, como esos atardeceres que disfrutamos tumbados en una solana viendo anochecer.
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Precio aprox.: 10 euros