Ahora que aprieta la rasca cosa fina, nada mejor que descubrir Gipuzkoa visitando el viñedo más alto de la D.O. Getariako Txakolina, que está en Beizama-city. Arranquen por lo segado hasta ventas de Iturriotz, donde pasó una noche Ignacio de Loyola a su regreso de París y pasen por la vecina ermita de Santa Engrazi, que ofrece unas inmejorables vistas sobre Aizarna y el Ernio que les dejarán boquiabiertos, tanto o más que el vino que hoy nos ocupa.
Es de producción ecológica y lo elaboran Igone Arruti, Luisja Oregi y toda su familia, que se baten el cobre en sus escarpadas laderas para ofrecernos un trago delicado con una napia y una acidez reservada para los morros más sibaritas. No rompan jamás el txakoli en el vaso, ¡por dios!, derrámenlo delicadamente sobre copa fina filipina y disfruten con un trago que define y refresca a los guipuzcoanos desde la noche de los tiempos.
Precio aprox.: 9,5 euros
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