Raúl Pérez es el padre de esta criatura del Bierzo elaborada con la variedad Mencía, y el amigo Rodri, en su tasca de la madrileña calle Echegaray, el responsable de habérmelo presentado en una zampada exótica a más no poder, pues sobre la mesa desfilaron un par de botellas que dieron la talla cosa fina entre mejillones con curri rojo, bocatas de pan al vapor y coliflor asada picantilla, que se dice pronto.
Muchos vinos se harían pis-pis en los pantalones ante tanta explosión, y este soberbio Tirachinas aguantó el tipo como un señor de Lavapiés, agradable, muy frutoso y con una relación calidad precio que se sale del mapa. Un vino para beber con frenesí.
Precio: 10 euros