La sumoll tiene nombre de pastelillo vegano o de mueble del Ikea pero es fruta preciosa de similares características que la Mencía, la Pinot Noir o la Nebbiolo italiana, con la que antaño se elaboraban vinazos de altura, a pesar de ser variedad rebelde por la dificultad de su cultivo.
Si levantan la copa verán que es vino cristalino y podrán adivinar a través de él hasta el escote de su vecina de mesa, lo que garantiza el éxito y envalentona el trago, que es goloso y carnoso, como no podía ser de otra manera, con un final feliz mineral y mucho regusto a hierbas recias de las que sirven para guisar escabeches y estofar palomas, perdices y jabalí, que campea en la etiqueta como emblema poderoso de la casa. ¡Mola éste Pardas, redios!
www.cellerpardas.com
Precio aprox.: 9 euros