Perrachica

La hoguera de las vanidades.


Un bellísimo restorán en Madrid donde ver y dejarse ver a cualquier hora del día.

Es el restorán de moda en Madrid, en la zona de Chamberí, uno de esos garitos a los que hay que ir para ver y dejarse ver, capicci? The place to be, que dicen los chiripitifláuticos horteras, que a ver si nos vamos poniendo en onda palabrera, que ya toca y para que entiendan, es el tipo de local donde jóvenes, maduritos, señoras y señores de buen ver, caras conocidas y guachis de la villa se pasea sin rubor, que es algo que a los que llevamos la boina enroscada y bajamos del monte nos pone cantidad en cuanto aterrizamos en la Castellana, siempre que sea con cuentagotas. Todos llevamos un Paco Martínez Soria agarrado a nuestras entrañas, para qué negarlo.

El chiringo pertenece a un grupo que ha sabido pillar el quid de lo que se lleva en los tiempos modernos, los de Larrumba ya lo petaron con Pipa&Co, al que le siguió el restaurante Marieta en 2014 y Juanita Cruz, Frida y finalmente este bellísimo Perrachica en 2015.

El local es un auténtico despiporre, la antigua sede de un banco que cuenta con más de mil metros cuadrados y terraza, en la que por cierto, se puede fumar. Está distribuido en diversas zonas, de tal modo que lo mismo puedes desayunar, abandonarte a eso tan pijorro que es el brunch, tomarte unas copas, picotear en la barra o tocarte la minga en unos mullidos sofás en los que se tienen que poder echar unas siestas de escándalo. Hay diferentes áreas para comer o cenar, mesas con vistas para merendar, dos barras de cócteles y un terrazón en el que creerte Orson Welles fumándote unos habanos como la minga-pinga de Nacho Vidal.

Lo más espectacular de todo es su decoración, tope preciosista, no se puede poner algo con más gusto, ¡redios! He tenido que consultar a una colega ducha en la materia para hablar con un mínimo de propiedad y me cuenta la torpeda que a este estilo se le llama ahora industrial-colonial, con guiños al tropical hit, algo muy de moda al parecer en estos momentos, ¡cágate lorito! El caso es que aunque el local es inmenso y cuenta con distintas áreas que tienen su propio carácter, todo mantiene una unidad fetén, con un tono neoyorquino de lo más guapo que te mantiene hipnotizado los cinco primeros minutos. Me chivan que dejarlo así de niquelado ha sido obra del estudio de interiorismo Proyecto Singular, a quien no tengo el gusto de conocer pero a quien les alabo el gusto, ¡muy fino chavales!


Hasta aquí el apartado Telva de estilismo interior, pero vayamos al meollo del asunto, que no es otro que el ñampazampa que nos ocupa, así que tomen nota: la carta es bastante amplia, hay de todo y de todos los continentes, imposible arramplar con tanto en una primera visita, desde tiraditos peruanos hasta gyozas japonesas, pizzas italianas bien curradas pasando por propuestas más patrias como la ensaladilla o las croquetas.

Aunque las propuestas tienen, en general, un aire bastante comercial, todo está rico y bien resuelto, así que no se me pongan estupendos que ya sabemos a lo que vinimos, lo guapo de verdad pulula por el restorán y suele andar con el “tumbao” tan característico de los de su especie.

La mejor manera de pasárselo bien es compartir sin remilgos, así que vayan tomando nota: de lo mejorcito las berenjenas en tempura con miel de caña y hummus, muy gustosas, la cuajada de parmesano, tomates cereza y albahaca, con una combinación de sabores que es siempre campeona y las cremosas croquetas de chipirones en su tinta con puntitos de ali-oli.

Son apuesta segura platos como las anchoas de Santoña sobre fino pan y tomate chafado, el huevo poché sobre parmentier de patata y trufa, el pincho de huevo, el tártaro de atún rojo con huevo frito de codorniz y mahonesa Sriracha o el steak cortado a cuchillo con jamón ibérico y tostadas de pan de cebolla.

Si tienen el paladar viajado o les gusta adentrarse en otros continentes, siempre hay picoteo de allá o acullá: tiradito de vieiras y lubina con crujientes totopos, yakitori de langostinos con espumosa albahaca, mejillones con curry verde, leche de coco, cilantro fresco y lima, el kebab de jarrete marinado con hierbas, salsa de yogur y toque de menta o apetitosas pizzas como la de ricotta, huevo frito, sobrasada ibérica y miel de caña.

No falta la consabida hamburguesa, ni el ya obligado cachopo, ni la fideuá, ni todas esas lindezas que ahora arrasan en las cartas de cualquier restorán de gran ciudad moderneta. Postres apetecibles, tentadores y maravillosamente engordantes: tarta casera de limón, de galletas maría o de queso mascarpote entre otras bombas nucleares, flan cremoso de queso o gofre con salsa de chocolate y fresa. ¡Que viva la lorza y feliz Navidad!

Restaurante Perrachica
C/Eloy Gonzalo, 10 (28.010 Madrid)
Teléfono: 917.37.77.75
http://perrachica.com
reservas@perrachica.com
Cierra: No cierra

COCINA Todos los públicos
AMBIENTE Modernito
¿CON QUIÉN? Con amigos/ En familia
PRECIO MEDIO: 30- 40 €

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