Restaurante Matxete

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O de un restaurante donde sacan chispa a la brasa que es un primor.

Mikel y Txus maquean cualquier golosina fetén que se echen al coleto.

restaurante-matxete_4En sus años mozos, allá por los míticos ochenta, los hermanos Mikel y Txus Bilbao, solían acercarse al legendario bar “El Txato” de la Plaza del Machete gasteiztarra para refrescarse el morrete con los ricos porrones de la casa, reclamo farrero de reputado pedigrí.

Esta plaza siempre les pareció un “must” vitoriano, céntrica, austera, elegante y tope representativa del relumbrón de los viejos tiempos, el antiguo emplazamiento donde comprometían sus cargos los mandamases de la ciudad junto a la iglesia juradera medieval de San Miguel, cuya aceptación, según cuentan los historiadores, se fidelizaba sobre un machete que serviría para cortarles la cabeza si no hilaban fino; el utensilio en cuestión se guardaba en un nicho, bien custodiado por las mismas verjas que vemos allá hoy en día, ¡qué tiempos Mariví, otro gallo cantaría si en el actual putiferio político se aplicaran tan cruentas medidas!, ¡pedazo de carnecería!

Fuera como fuese, a los hermanos Bilbao les encantaba la plaza y después de hacer carrera y oficio en el otro restaurante que capitanean, el Erpidea del bello embalse de Ullibarri Gamboa, decidieron que su salto a la capital tenía que pasar por este lugar, en concreto por un local perforado como un queso por antiguas covachas que servían de fresqueras para conservar alimentos y algún que otro forajido. Después vino la remodelación del arquitecto Olaguibel, en el siglo XVIII, que al eliminar la muralla sur, sujetó la colina creando una estructura abovedada que servía de soporte para la carretera que hoy discurre justo encima.

El lugar alojó distintos negocios, entre ellos el mencionado bar “El Txato”, pero por fin Mikel y Txus le pudieron echar el guante y en 1998 abría sus puertas el asador Matxete, latiendo a pleno bombeo en el corazón de la Vitoria más medieval, un tasco de lujo, con distintos comedores cobijados por impresionantes muros y bóvedas de piedra del año de la polka.

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Desde entonces sacan chispa a la brasa que es un primor, maqueando cualquier golosina fetén que se echen al coleto; el jefe de cocina y también socio Mikel Zuazo se lo curra de lo lindo, trajinando como un verdadero titán, sin hacerle ascos a nada, igual le dan ensaladas, revueltos, que fritos o guisados, conformando ese tipo de cartas sin chorradas, labradas con mucha mano y ese don del gusto elemental, que como todo el mundo conoce a estas alturas, se tiene o no se tiene, querido Watson.

Bousi y Jessi ayudan al sheriff de los fogones y lo mismo se arrancan con una ensalada de patata alavesa con mejillones de aúpa, que te arreglan en un periquete un revoltillo bien cuajado de hongos o trufa -según la época-, unas almejas a la plancha del copón, un pulpo a la parrilla de perfectas hechuras o una morcilla con tomate que entra en el organismo que alucinas pepinillos, como suele lamentar el bueno de Chicote.

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Nunca falta producto espléndido en su desnudez, lomo y chorizo ibéricos, espárragos, ventresca de campeonato, puerros al natural, terrina de foie gras hecha en casa y ese tipo de despropósitos.

Los pescados y carnes a la parrilla son el fuerte de la casa, rodaballos, rapes, besugos, chuleticas de cordero, solomillo y chuletas mostrando lo mejor de su chicha serrana, aunque tampoco es tontería tirarse de cabeza a por uno de esos guisos que reconfortan hasta al más cartujo a velocidad vertiginosa: rabo con puré de papas, foie gras en su jugo al Madeira, carrilleras al vino de Cariñena y muchas otras propuestas que componen una oferta tan extensa como las cartas de San Pablo a los corintios.

Los postres, realmente caseros, también van en esta línea de “gilipollismo-free” y a buen seguro son la perdición de cualquier perlado de lo dulce; flanes con nata, tocinillos de cielo, cuajadas, helados de toda suerte y condición, sorbete de cava con limón, tarta de queso… y una crema tibia de arroz con helado que está para morderle los muñones a un vendedor de cupones, ¡dios, qué apetito!

Saluden a las camareras Mairu y Natacha, siempre diligentes, gocen como caimanes en cuarentena y si hace buena temperatura tómense la copa y fumen un buen habano en la terraza, que con el buen tiempo lucirán el palmito a lo Martin Klein. ¡Viva Prusia!

Restaurante Matxete
Plaza del Matxete 4 y 5
Vitoria-Gasteiz
Teléfono: 945-131821 / 945-149385
www.matxete.com
rmatxete@hotmail.com
Días de cierre: Domingo noche y lunes

COCINA Todos los públicos
AMBIENTE Tasca
¿CON QUIÉN? Con amigos / En familia / Negocios
PRECIO 40 €

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