Txuntxurro

O de un aniversario de un gran bar.

Charo Obanos y Juanjo Otero abrieron el bar Txuntxurro un 28 de junio de 1962, y desde entonces, trabajaron como leones durante cincuenta años, asunto que celebran estos días.

Instalaron el primer televisor a color que se enchufó a la corriente en Irún, en el que vieron correr por la banda a todas las fieras del mundial de 1970, Pelé, Beckenbauer, Müller, Cubillas, Rivera o Bobby Charlton haciendo malabares con el balón, mientras sus clientes alucinaban arremolinados alrededor de las cajas de sifón, Pitusa y Mirinda, ¡qué tiempos, Mariví!

Más tarde tuvieron máquina de golf e incluso todo un circuito de Scalextric, aunque por lo que siempre destacaron fue por atesorar un fogón en el que aún hoy, Juanjo Jr. sigue guisando sin gilipolladas; sus albóndigas con tomate son insuperables, los calamares fritos soberbios, las croquetas las carga de tropezones y clava con mano prodigiosa los chipirones en su tinta, la carne con tomate, los bocatas de siempre y su alteza, ¡redoble de timbales!, ¡la tortilla de patata!

Para su confección corta patatas y cebolleta en trozos menudos y los acomoda en una sartén con aceite y sal, alumbrando el fuego al máximo; cuando asoman destellos dorados, amansa la lumbre hasta que aquello no fría más ni se recueza, consiguiendo un punto intermedio, que es la madre del cordero; añade la patata a los huevos batidos -casi dos docenas por tortilla- y la cuaja perfectamente, hacia adentro, dándole dos vueltas y pasando el resultado final, magnífico, a un plato trinchero, ¡vivan las tascas!

En el Txuntxurro, además de ser del Osasuna, son catedráticos en fútbol, en pelota, en filosofía, en política y en lo que tercie, pues no hay escuela ni universidad superior a esa vida que viven al otro lado de la barra.

¡Felicidades! ¡Viva Prusia!

www.bartxuntxurro.com

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