Servir té (II): la vajilla

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O de cómo casi 10 meses después de prometer una próxima entrega “la semana siguiente”, continuamos con la segunda parte de la serie de consejos para servir té correctamente sin que se nos vaya la vida en ello.

A priori nos encontramos ante varias piezas que son imprescindibles en los armarios de cualquier aspirante a connaisseur:

En primer lugar, obviamente, tenemos las teteras (‘teapot’ en inglés). Son los recipientes donde la hierba entra en contacto con el agua, y se infunde el té. No se debe confundir con los hervidores (‘kettle’, de los que hablamos en la anterior entrega), que son los recipientes donde se calienta el agua que luego se usará para la infusión.

Una vez más propongo huir de sofisticaciones innecesarias: olvidemos las teteras de arcilla de yixing y los boles gaiwan para buscar maneras más prácticas para acercarnos al mundo del té. Ya habrá tiempo de complicarnos la vida más tarde.

Entre las opciones más ‘accesibles’, se ha puesto muy de moda el uso de teteras tipo tetsubin de hierro colado, aunque personalmente prefiero la versión más europea de usar teteras de porcelana que, además, son contundentemente más baratas que las primeras y mucho más prácticas para el lavado y el uso. Además, las teteras metálicas tienden a dar un sabor metálico al té y no suelen ser una buena opción para hacer varios tipos de té en el mismo recipiente, porque es fácil que se le peguen aromas. La otra opción es usar teteras de cristal, que son más fasion y cul pero hacen que el té se enfríe a la velocidad del rayo.

Ruego se usen teteras de un tamaño generoso. Una de las costumbres más extendidas a la hora de servir té en establecimientos hosteleros consiste en servir teteras minúsculas que ni siquiera están llenas, así que no dan para mucho más que una taza. La ‘ración estándar’ de té no debería ser inferior al que resulta de llenar dos o tres de tazas como mínimo. Estamos hablando de unos 300 o 350 ml. En cualquier caso lo que parece más correcto a priori es ofrecer dos tamaños de tetera al cliente: uno para “tomar té” (como aquel que toma café) y otro para “beber té”.

En cuanto a la elección de otro elemento de la vajilla tetera clásica, las tazas, debemos recurrir al recurso dialéctico nacional: “depende”.

Para un afternoon tea protocolario a las 5 de la tarde, o cualquier otra experiencia “cup o’ tea” clásica, naturalmente, optaremos por unas tazas de fina porcelana, decoradas al gusto de cada uno. En un momento dado tampoco pasaría nada por substituirlos por tazas de café grandes, aparte de que perderíamos puntos para obtener la nacionalidad británica en caso de guerra mundial o golpe de estado fascistoide de turno.

Para servir “una taza de té” (sin tetera y con bolsita de té, no hojas sueltas) la mejor opción nos viene dada con unas tazas grandes con asa, tipo mug. Buena elección para un té rápido con algún pastelito o bocadillo, en un entorno supercool y fashion à la Starbucks, o la imitación provinciana de turno. También es ideal para acompañar al tradicional “full english breakfast” mezclando al té un poco de leche.

La tercera opción, la menos habitual en nuestra tierra, es la de beber té para acompañar a la comida. Sí, se puede comer con una bebida caliente. Es más, a veces el té resulta ser un maridaje ideal para algún tipo de comidas. Para esto recomiendo unas tazas orientales sin asa para usar a modo de vaso. Y teteras de tamaño extra, claro.

Y no hay mucho más que decir sobre la vajilla: con unas generosas teteras de cerámica y unas tazas lo más sencillas posibles saldremos bien parados de (casi) todas las situaciones.

La próxima entrega, hablaremos del té (de la hierba, digo).

Pueden leer la primera entrega: Servir té (I): el agua.

Crédito fotográfico by Lord Worldgate & hannesseibt

12 comentarios en “Servir té (II): la vajilla

  1. Charles

    BRAVO! Por fin alguien que utiliza correctamente el verbo «infundir» en lugar del inexistente «infusionar»

  2. Charles

    Los errores (inherentes al hecho de ser humano) deben omitirse y los aciertos potenciarse

  3. Mugalari

    ¡Por fin alguien que coincide en las cantidades! Como bebedor habitual de té, suelo tomarlo en el tazón de la leche, con una ración generosa de en torno a 350ml (a veces, es conveniente infundir dos bolsas o la bola llena a rebosar, para que no esté tan desleido). Pero Sir Anthony, sin leche, por favor!! No importemos los malos vicios de la Pérfida Albión…

  4. Sir Anthony Worldgate

    .
    @CHARLES
    Ay, que me he tirado meses escribiendo #mistery… enfin.

    @MUGALARI
    Es que lo de las cantidades clama al cielo. Cuando sacan esas microteteras que no dan ni para una taza es como para pedir que te devuelvan el dinero. En cuanto a lo de la leche, no voy a ser yo quien le lleve la contraria. Esa y la de poner menta en todo (chocolatinas con menta o cordero con salsa de menta) son dos cosas en las que mi anglofilia se resiste.

    ¡Gracias por los comentarios!

  5. Bixigu

    El té … con leche, ¡por favor! Soy de las que toma té en taza grande, y puedo tomarlo para desayunar, para acompañar cualquier tipo de tentenpié dulce o salado, pero sobre todo, me tomo uno antes de irme a dormir, ese no falla. Si es que un té bien caliente siempre entra bien…

  6. spacenews

    en nuestra casa los fines de semana mantenemos la constumbre del te de las cinco a las seis , las hojas en bolsitas de coop.te-fair trade, la vajilla en porcelana china de royal albert y platos de old willow que sacamos de algun anticuario de londres con los no siempre suaves scones rellenos con strawberri jawn, apreciariamos David, consejos para que se esponjen los scones

  7. Gusnit

    Gracias por esta sección!!
    Y qué me decís de pedirlo con leche? Regla «namber gúán»: en una jarrita aparte por favor!! Cuando te llenan casi la mitad de esa ínfima micro-tacita con leche te entran unas ganas de llorar…!! Yo ya no pido té en ningún sitio a menos que tengan cartas de esas un poco especializadas con teteras y tazas de verdad. Nunca será como en casa, pero algo vamos mejorando por lo menos.

  8. Juan Antonio Aránzazu Lizarrán

    Querido, siento decirte que no tienes ni la más remota noción de preparar el té. Te lo digo sin ser un purista, sino simplemente alguien a quien le encanta tomar/beber (vaya distinción te montas, tronco) té.

    Mi reprimenda mayor va sobre lo que dices de las teteras de hierro colado. Las actuales vienen esmaltadas -TODAS- por dentro, con lo que limpiándolas sencillamente con agua caliente tras su uso, no se le pega ningún sabor. Una de las ventajas de estas teteras es, precisamente, ésta.

    En fin, un post decepcionante.

    Saludos cordiales.

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