O de un destilado fetén, con un regusto anisado y una persistencia del copón.
Galicia es un goteo de aguardiente, tac, tac, tac, tac, tac, tac, tac, si pisan aquella tierra escuchen atentos la música de los alambiques que calientan a la gente. Destilar el vino gota a gota, es lo que siempre hicieron allá los paisanos tras vaciar las cubas; quedaba en ellas la piel y el grano de la uva fermentada y a los pocos días iniciaban la destilación. Pasaban largas noches de otoño al lado del fuego, contando viejas historias, mientras el fuego convertía en líquido espirituoso la uva calentada en la cazuela del pote. De esta forma el orujo gallego ha alcanzado su prestigio, reconocido por el gran público y por los más exigentes “pimpladores”.
El que hoy nos ocupa es uno de los mejores que probé jamás, muy meloso, sinónimo de calidad, no cabe la menor duda. En nariz recuerda a las mejores grappas italianas y el primer trago es muy afrutado, al ser goloso no parece tan alcohólico. Tiene toques florales y se siente un cesto entero de bulbos de hinojo, lo que atesora un marcado regusto anisado. Tiene una persistencia larguísima en boca, otra característica de que está muy bien elaborado. Bienaventurados los que se beban tres copas, porque verán a Dios dos veces. Ojo que pega, quedan advertidos.
TIEMPO Y PACIENCIA, S.L.
Rua Voltaflogueiras, 50
27640 Becerreá- Lugo
Tl. 982 361 004
Precio: 16 €.
David igual meto la pata pero para sacar aguardiente no se destila el vino. Yo lo que siempre le he visto hacer a mi abuelo es destilar lo que en Galicia se llama «bagazo», que son las sobras de la fermentacion y la posterior prensa. Esto es lo que se pone en el pote. Mi abuelo pone siempre en el fondo del pote para que no se pegue el bagazo sarmientos secos atados en manojos cubriendo todo el culo del pote y luego encima el bagazo. Y ha esperar 4 o 5 horas. A modo de anecdota: siguiendo todos los pasos al pie de la letra hay a quien no le sale ni una gota de aguardiente. No todo el mundo vale para eso.