O de uno de esos garitos sin trampa ni cartón, pero con mucha retranca.
La mesa de tus sueños, el lugar en el que comerías todos los días de tu vida, forastero.
Cuando cruzas la puerta del Amume dan ganas de comer y beber con frenesí y un hambre repentina y pantagruélica se apodera de tu espíritu.
Tropiezas a la izquierda con una pequeña barra de bar bien atendida y los pinchos adecuados para que te salten los ojos de las órbitas: jamón, paleta y lomo ibérico de guarro salmantino, chez Joselito, talo con chistorra insuperable, ensalada de perdiz escabechada o de atún con patata, mollejas salteadas bien torradas, morcilla de verdura con pimientos rojos de quitar el sentío y unos montaditos de bacalao al pil-pil en salsa untuosa y verdadera, hecha con las colas, ligada con bemoles, riqui, raca, cazuela va y viene, como hacen las amumes de Ondarroa y Lekeitio que no tienen el moño para chorradas.
Los viejos lobos de mar dedican toda su vida a curtir el pellejo y Mikel Zeberio, uno de los comandantes de esta casa, tiene piel de cocodrilo, si lo cazaran se podría hacer bolsón de viaje y neceser a juego con su espalda. Son ya muchos años de idas y venidas, atraques y rastreo de todo lo que puede uno echarse al macuto, una vida dedicada con pasión a los fogones, a la docencia, a la escritura gastronómica y al vino, para rematar con esta aventura hostelera, más chulo que un ocho.
Y es que Mikelo y su socio Gonzalo Muñoz han abierto la tasca de sus sueños, el lugar en el que comerían todos los días de su vida sin aburrirse, sin trampa ni cartón, de apariencia modesta pero con retranca, estilo canción protesta, es decir, hartos de rebuscar sin mucho éxito garitos en los que guisen con la olla al fuego y mucha cebolla como mandan los cánones de la gran cocina, van y se montan este tinglado para darse el gustazo ellos mismos en el espinazo y, de paso, a toda la concurrencia, buenos son.
Gorka y Jaime son los capos de la cocina y mantienen el hervor pausado de todas las cazuelas sobre la chapa, guisan, pican, estofan, asan, confitan y conservan la cocina brillante como el oro de Moscú. Y en la sala, Carlos atiende que es un primor a una clientela muy dispar, que es también una de las gracias del lugar. Allí acude a hora temprana algún casero, estudiantes, representantes, oficinistas de la zona y gentes en general que conocen su buena cocina.
Y es que te relames el bigote, pues la carta contiene todos esos platos que pediría un ajusticiado antes de dejar este mundo, cocina verdadera y humeante que purifica el alma y ablanda los malos humores cerebrales: sopa de pescado, zurrukutuna con su justo punto de picante, sopas de ajo espesas, panaché de verduras, bacalao ajoarriero, chipis en su tinta, rape americana, merluza bilbaína, bacalao a la vizcaína, txangurro estofado, falda asada, rabo guisado, callos, morros y patas en salsa, sukalki, caracoles, chuleta o solomillo. No me digan que leído de corrido y hasta aquí no parece un menú interminable de boda guerniquesa del año de la polka, qué despliegue, vive Dios.
Y de postre, agárrense la enagua que viene la ola: arroz con leche, cuajada, natillas, tostadas, peras al vino, helados y tarta de la casa, todos “primo-hermanos” del feliz mantecado y del melocotón en “alníbar”. Qué gozada.
Tienen un menú del día a 16 euritos y uno más florido que llaman “chuleta para dos” por 30 euros. Comer a la carta ronda los 50, vinos aparte. La bodega es surtida y preciosa como la de Alí-babá, con precios ajustados que invitan al despelote y a brindar como está mandado.
Corran, reserven mesa y disfruten, que nos quedan dos telediarios.
Amume
Euskal Herria 16
Algorta-Getxo
48991 Bizkaia
tél.: 944 600 451
Servicio de comidas y cenas en horarios habituales.
Cierran domingo noche y lunes todo el día.
Publicado el 31/05/2009 en el suplemento GPS de El Correo y el 01/05/2009 en el Diario Vasco
Crédito fotográfico by Pedro Urresti
Estimado David,
La primera referencia que tuve de ti fue el programa de ETB que me parecio muy original y que te ponia rapidamente «en cancion».
Siguiendo tu recomendacion en GPS he ido al Amume y no me ha gustado:
-El maitre, prepotente, se traia un mal rollo con la camarera de la barra que se notaba perfectamente en el comedor.
-Las mollejas, demasiado grandes, no estaban torradas.
-La sopa de pescado y las patas, congeladas, y calentadas en el microondas.
Espero que tu proxima recomendacion sea mejor.
Ondo pasa.
Es lo que tienen las opiniones que son subjetivas. De todas formas me gustaría darle una oportunidad al garito.
A Nico6666 comentarle que si se pasa los alrededores de Ñoñosti se de una vuelta por aquí
http://fotoruffian.blogspot.com/2008/08/kako-jatetxea.html
nico6666 & pascal, efectivamente, hay que darle una nueva oportunidad pues hasta en las mejores familias salen niños ranas. gracias por andar por acá!
Eso está bien, disparidad de opiniones. Ahora me queda la duda, ¿que es lo habitual? lo bueno o lo malo. ¿No será lo de muchos garitos, que dependiendo del día y de quien sea el comensal se esmeran un poco más?
La duda se soluciona visitando el local y teniendo opinión propia. Yo estoy de acuerdo en que si los currelas tienen un mal día pues se puede percibir mal rollo en el ambiente entre ellos que es lo que parece decir Nico; pero con lo que no estoy de acuerdo es que el comensal come bien o mal dependiendo si le conocen o de si no le conocen.
paco, esto ocurre en los restoranes, en las cajas de ahorro, en los billares, en las pastelerías, en la librería de la esquina, en el médico y en todos aquellos lugares en los que el trato es personal, quiero decir que dependiendo quien seas y cómo entres o según la facha que lleves, comerás mejor o peor, serás atendido primero, te curarán antes o mayor o menor caso te harán.
pascal, los restoranes más atómicos son los que tratan a sus clientes como verdaderos pachás de kapurtala y no abundan, desgraciadamente. hay de todo, como en la viña del señor, pero lo que sí puedo apuntar es que allá donde yo he cocinado, hemos tratado siempre a todos los clientes con la misma vara de medir… enfin
Oye David, creo que hemos dicho lo mismo.
Estas sugerencias tan vehementes, sin un solo pero, me dan pavor.
¿Por qué le ha gustado, porque la comida estaba bien hecha y la atención era agradable o porque era pitanza untuosa y se puso las botas? Me da que por lo segundo.
no tenga pavor, por dios, guarde la calma y relájese que acá reparten chorizos!
Eso es un poco de leña que si no, no hay fuego y no guisamos.
Vamos a ver, por partes. Esta claro que lo mejor es ir uno mismo y valorar las cosas según el propio criterio de cada uno. Por otro lado de que nos sirve una crónica o como queramos llamarlo si no nos lo vamos a creer o vamos a pensar que es tan subjetivo que puede que no se ajuste a la «realidad». Por último no deberían de influir en el trato todos esos factores que enumeras David pero por desgracia así es en la mayoría de los casos de la vida cotidiana.