Oloroso Williams & Humbert 2001

En año nuevo participé en una caminata por la sierra extremeña de Villuercas, que desde Guadalupe, nos llevó monte a través como a un pueblo escapando de una espantosa maldición bíblica.

Los locales, acostumbrados a semejante despliegue, alucinan con nuestras mochilas llenas de filetes empanados, sangüiches de huevo, pollo y mahonesa, carne “mechá” y cazón en adobo, ¡madre mía!

A media mañana toca pararse para recuperar el aliento y ponerse tibios de este Oloroso bebido a gollete, sin desmayo, pasándose la botella con descaro.

La pobre Paola Medina, enóloga de semejante virguería, alucinaría en cinemascope con el ritual, ya le costará encontrar un equipo que disfrute tanto bebiéndose esta delicia elaborada con la variedad Palomino de los Pagos de Añina y Carrascal, ¡abre el apetito cosa fina!, ¡qué maravilla!

www.williams-humbert.com

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