De la alegría de cavar con buena pala, aunque sea una jodienda.
Duermes poco y mal, tu cama es tu cama y no ese colchón forastero en el que descansa por un tiempo tu esqueleto. Echas en falta a tu chica, tus colegas, tu ducha, tu perra, tu moto, tus viejos y tus libros. En el curro te comportas como un chino chalado que no levanta la vista concentrado en la faena, al quite de todo lo que ocurre alrededor: si te dejaran sabrías cocinar y emplatar toda la carta, bien lo sabes…
Para leer más, pincha aquí.
Crédito fotográfico by mexcatracho