Taberna Manolo Cateca

Cada vez que aterrizo en Sevilla abro mi maleta a dos pasos de la Alfalfa y en la mismísima calle Águilas, dando mi paseíllo de reconocimiento por el barrio y cargando pilas en casa Pepe, el churrero, el peluquero, la sombrerería Antonio García, con Gonzalo Jurado del Tradevo, en el torno del convento de San Leandro y ante esa fachada del Palacio Pilatos que no es comestible, pero imagino de nata montada en mis sueños más calenturientos.

Si tienen el gusto de caminar por la calle Sierpes, en el mismo corazón de la sevillanía más aristocrática, no duden en alcanzar la confitería La Campana, bien surtida de dulces, cortadillos, bollería, roscos de vino y alfajores, que es la mejor antesala para comprar postre y salir pitando a tomarse el aperitivo en el vecino Manolo Cateca, una taberna angosta y estrecha atiborrada de gente.

Allí podrán encontrarse al capillita más famoso de la ciudad, el gran Javi Soriano copa de Oloroso en mano, tocado con ese proverbial don de gentes y dando buena cuenta de las especialidades de la casa guarnecidas con picos, entre las que destaco la tortilla de papas con flamenca yerbabuena y ese chicharrón de “cáiz” crujiente, sabroso y adictivo que está para ponerle un piso en la Avenida de la Constitución.

Calle Sta. María de Gracia 13. Sevilla

Deja un comentario