Tuve folla naciendo en una casa disfrutona con unos padres que currelaron como tigres para que no nos faltara un botón en aquellos abrigos austríacos que nos calzaban para ir a misa de doce en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano.
Llegó la adolescencia y me sacaron de paseo al primer restorán japonés que conocí, el Suntory de la Castellana madrileña, donde bebí mi primera cerveza Sapporo de grifo que me supo a gloria.
Así que es inevitable recordar mis batallas trincándome esta birra destilada al pie del monte Wagadake, que ofrece su deshielo para que los locales elaboren un trago sin filtrar estilo “hefeweizen”, intenso y embriagador. ¡Viva Mazinger Z”
