Pasear por los pueblos de la provincia de Segovia y por las calles de su capital es un recorrido tan hipnótico como los pellejos tostados de esos cochinos que se asan en las bocas de sus hornos centenarios.
En un refinado tasco a pie mismo de acueducto, tropecé recientemente con el amigo Wenceslao, que es un destacado embajador de su tierra y sin ningún reparo pone en mi conocimiento todas las golosinas elaboradas en su entorno, ¡vaya tío!
El amigo Jorge, colega de “Wences” y de otro figura del entorno, Javier de jamones Monte Nevado, se dedica a la producción y comercialización de cochinos chicos segovianos de altísima calidad, gestionando toda la cadena productiva desde la granja hasta la mesa, pues poseen matadero, sala de despiece, controlan todo el proceso de producción y ofrecen una impecable trazabilidad, con rigor y sin fisuras.
El resultado es potente, pues no hay más que meterlo en el horno para comprobar la calidad de la carne y ese jugo resultante que hace enmudecer, pan en mano. Para los que prefieren trabajar poco en el fogón lo sirven también cocinado y al vacío: das un calentón, lo tuestas en el horno de casa y santas pascuas.
Precio aprox.: 79 euros fresco y 99 euros asado + portes
www.cochinillosegoviano.com
