Bonito del Norte Campos “Eco-Bio”

Para los que nos criamos en un puerto pesquero y sabemos lo que es bueno, las conservas de pescado significan una veta de metal precioso en esa despensa de villa Kurlinka siempre llena de galletas, botellas de aceite, espárragos y lomo embuchado.

El destello dorado de un frasco de bonito es algo que conmueve y “me se” ponen los pelos como escarpias recordando a mi madre y a Gregori secando con toallas los lomos recién cocidos y rellenando tarros a mansalva, ¡daba gloria verlas!

Una vez finalizada la faena, escondían el botín en el garaje para alejarlo de mis manos, no sin antes dibujar una calavera en la tapa de rosca para advertirnos de la peligrosidad de abrir la conserva antes del tiempo permitido, ¡mi padre acechaba con la zapatilla!

Les largo toda esta cantinela para asegurarles que este bonito bermeano despierta todos mis recuerdos mozos porque está de muerte, jugoso, firme y gustoso, con el valor añadido que le otorga la sostenibilidad en su pesca y en su manufactura.

Su sello azul MSC asegura su procedencia de pesca sostenible y la certificación ENEEK de agricultura ecológica es un pasaporte en regla de la categoría del aceite empleado. Poco más que añadir, ábranse una botella de txakoli y chapoteen con pan en el aceite.   

Precio aprox.: 5,95 € – tarro de 150 g

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