Bodega Bar El Pimpi

Tasca de gran solera
“Si me pierdo una tarde en Málaga, en el Pimpi me encontrarán”

El Pimpi es una de las bodegas más castizas de toda Málaga y en sus casi cincuenta años de farras y de servicio al respetable se ha convertido por méritos propios en lugar de encuentro de vecinos y guiris, que allá acuden como locos en cuanto aterrizan, se pegan la ducha en el hotel y se calzan las alpargatas. Está localizada en pleno corazón de la ciudad y a muy pocos pasos de la catedral, junto al museo Picasso y la plaza de la Merced, frente a la Alcazaba y el imponente teatro romano.

Según reza el diccionario de malagueñismos de Juan Cepas, el Pimpi era un tipo muy popular que solía dejarse ver por el puerto ayudando a las tripulaciones en los desembarcos, acompañando a los antiguos viajeros por las callejuelas de Málaga. Así que el artista debió de ser un avispado buscavidas que improvisó un atento y simpático servicio de guía turístico, “ya saben, si me necesitan no tienen más que silbar y ahí que se presenta un servidor de ustedes para lo que gusten mandar”. Así que los “pimpis”, si nos atenemos a las crónicas de la época, fueron los primeros guías de la ciudad de Málaga antes de que el asunto se convirtiera en una profesión. Hoy todo pichichi lleva su guía Michelin bajo el brazo o se curra el viaje tres meses antes desde casa y desembarca sabiéndose al dedillo hasta los nombres de las calles, pero aquellos “pimpis”, antes de que fuéramos tan sabiondos y repipis, llevaban a los turistas primerizos por todos los rinconcillos, enseñándoles los monumentos más grandiosos, las tías más macizas y los “perlas” más ilustrados. Y así andarían todo el día de arriba para abajo, lidiando con las tapitas y los tragos, moviendo el esqueleto y estremeciéndose en los tablaos, disfrutando del cante flamenco.

Así, la tasca que hoy nos ocupa, fundada por los cordobeses Paco Campos y Pepe Cobos en agosto de 1971 en una vieja casa de larga historia e intachable pedigrí, es una venerable institución por la que pasó todo mosca y el lugar en el mundo en el que se siguen celebrando, con arreglo a las más entrañables tradiciones, festejos tan antiguos como las Cruces de Mayo, los Belenes, la Semana Santa, la Feria de Agosto y la gran fiesta de la patrona de la ciudad, Nuestra Señora Santa María de la Victoria, cada ocho de septiembre, ¡como en Hondarribia!, que el mismo día y con gran alboroto para sus vecinos, celebra sus coloridas y sensacionales fiestas patronales. Pero vayamos al grano. Les contaba de manera dispersa, como de costumbre, que la solera del establecimiento que hoy nos entretiene, pringada de aserrín, vino generoso y grasa de jamón, se levanta sobre una antigua calzada romana y mucho antes de convertirse en ilustre taberna, fue caballeriza del cercano Palacio de los Condes de Buenavista, convento de monjas de clausura y ya entrado el siglo veinte, tablao flamenco y cabaret, como los de París pero sin tanta cursilada y floripondio.

Si entran por la hermoseada puerta principal de la calle Granada, se tropezarán con el florido patio de la Repompa, que fue una de las más celebres y populares cantaoras malagueñas, nacida en el Perchel y fallecida muy joven en 1959. Si lo atraviesan, santígüense, ¡por el amor de dios!, pues pasarán por la sala de las tertulias, que toma el nombre de Antonio Gala, buen amigo de la casa y cuyas fotografías cuelgan de las paredes. Y por fin, ¡aleluya!, se tropezarán con la inmensa barra, sus cañeros de cerveza y los camareros uniformados listos para despacharles lo que les venga en gana. En las paredes podrán admirar todas las fotografías que dan testimonio de los artistas, escritores, políticos y personajes ilustres que pasaron por allá antes que ustedes. Si ya tienen la copa en la mano o la cervecita helada, no tienen más que avanzar unos metros para darse de bruces con un nuevo patio cerrado en el que encontrarán al cortador de jamón, así que sírvanse una ración del que más les plazca, pues la selección suele ser de órdago, Jabugo, Pedroches y Extremadura, tela marinera. Miren a su alrededor y admiren la hermosa fuente barroca que antaño fue abrevadero y que hoy llaman patio de Gloria Fuertes, pues precisamente allí se levantaba una imponente parra bajo la que la buena mujer se agarraba sus buenas chufas. Y desde allá, podrán acceder por unas empinadas escaleras al palomar de Picasso, que es un hermoso y austero salón en el que se alcanzan unas vistas majestuosas sobre el teatro romano y la Alcazaba.

Se les habrá vaciado la copa y no sentirán ya el saborcillo del jamón, así que bajen de nuevo al piso y accedan al salón de los Barriles, que es la bodega propiamente dicha. En todas sus soleras se criaban los vinos malagueños, vendimiados en las serranías que rodean la ciudad, verdadero vergel de uva moscatel de la que se obtenían por exposición al sol las celebres pasas y los no menos reputados vinazos que se manufacturan con ellas y que dan fama a Málaga en el mundo entero. Si levantan la vista verán unos barcos que penden del techo, como en la iglesia de San Antón de Getaria o en el Santuario de Guadalupe de Hondarribia, que recuerdan el comercio marítimo y vinatero de otros tiempos, cuando aquellos vinazos viajaban hasta Norteamérica, Inglaterra o la corte de los mismísimos zares, que encontraban en su calentura el consuelo para sus gélidas y húmedas noches de invierno.

Salgan a la terraza y siéntense en sus mesas para picotear finamente, se les pasarán las horas volando y en menos de lo que canta un gallo tendrán que merendar, así que prueben el marisco y la gloriosa fritura que se curran en el Pimpi Marinero que se hizo hueco al otro lado de la plaza que comunica la calle Granada con la Alcazabilla: los montaditos, los adobos, las conchas finas, los salmonetitos, las acedías, los boquerones, las puntillitas o las coquinas les alegrarán el morrete cosa fina. ¡Viva el Pimpi y la madre que parió a sus propietarios!

Bodega Bar El Pimpi
Calle Granada 62 y Jardines Alcazabilla – Málaga
Tel. 952 228 990 – 952 225 403
www.elpimpi.com

COCINA Todos los públicos
AMBIENTE Tasca
¿CON QUIÉN? Con amigos / En pareja / En familia / Negocios
PRECIO 50 €

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