Lehendakari

Se puede llegar en auto y tan pancho, pero gracias a la amabilidad de la familia Gastraval y de los amigos Evelio y Ernesto, tuve la fortuna de ir cómodamente repanchingado en un avión desde Bilbao y presentarme en la soleada Valencia tras cincuenta minutillos de ná. Como en la peli de los apellidos vascos, uno levanta el vuelo con nubarrones y una chaparrada de infarto y en un abrir y cerrar de ojos surfea un cielo azul plato camino del Mediterráneo.

Me caen muy bien los valencianos y esa costumbre que tienen tan meritoria de montarse siempre sobre lo difícil y cabalgar sobre la adversidad con soltura y una sonrisa de oreja a oreja; a los campesinos los convierten en excelentes músicos, inventaron la naranja y dieron renombre internacional a un grano de arroz, convirtiéndolo en paella, ¡con un par! Así que no se me ocurre mejor cosa para celebrarlo que brindar por ellos y con todos ustedes con un “lehendakari”, que no es otra cosa deliciosa que un trago de aperitivo inventado en el Aquarium, que es una maravillosa barra chapada a la antigua que rebosa buen rollo, profesionalidad, atención y buenos alimentos por sus cuatro costados.

Ya saben, mesas bajas, parroquia distinguida echando el rato y camareros más avispados que los toros que corren por la Estafeta, de esos que duermen con un ojo abierto y otro cerrado por si las moscas. Les centro la jugada, que me voy por la tangente. Ponen mucho hielo macizo en un vaso de refresco, vierten dos dedos de ginebra seca, manchan con Martini rojo, rematan con un botellín de Bitter Cinzano y al primer sorbo, ves Ajuria-Enea en mitad de la Albufera.

Para empujar, cacahuetes, almendras, voladores fritos, mojama, canapés corrientes, rábanos, almussafes, chivitos, bombas, bocata de solomillo de ternera o de atún con aceitunas que engrasan la corbata cosa fina, sin platos de pizarra, ni mandangas modernas ni explicaciones gratuitas ni mariconás, ¡viva Concha Piquer!

Aquarium
Gran Vía Marqués de Turia 57 – Valencia
Tel.: 963 510 040

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