O de unas habitas que están para ponerles un pisito en la calle Lagasca
Los de Aroa son viejos conocidos de las huertas a la par que zorreras y se lo han montado fetén currando y levantándose bien temprano. Poseen una pequeña explotación agrícola en Getaria, un puñado de hectáreas asomadas sobre el mar Cantábrico, salpicadas por las gotas que despiden sus impetuosas olas, del que supieron obtener dinamita verde de la buena.
A través de sistemas de producción sostenibles, se dedican al cultivo y transformación de vegetales de alta calidad, desde las más diversas ensaladas mezclum que uno pueda imaginar hasta guindillas tiernas, tomate de costa, alcachofas, guisantes tiernos de infarto o pochas mantecosas peladas, todo ello obviamente cuando le toca la temporada a cada producto, que espera ahí en cola para brotar cuando la caprichosa naturaleza lo requiere, la muy marimandona.
Ahora en plena primavera está liándola parda el frío y las puñeteras nevadas, así que hasta que despunte la primavera merece la pena darse un homenaje con las habas frescas repeladas que los de Aroa envasan en tarros bien empapadas de aceite de oliva, sabrosas y delicadas. Pueden emplearse en ensalada y aprovecharse el aceite para currarse una vinagreta, o añadirse a un buen sofrito de cebolleta tierna y ajos con jamón para disfrutarlas bien guisadas, quizás con un huevo escalfado o unas lonchas translúcidas de panceta ibérica.
De una u otra manera, las habitas están para ponerles un piso como a las amantes furtivas, ¡así de clarinete!
http://www.aroasc.com
P.V.P.: 8 €
