Magret de pato fresco Martiko

O de un producto navarro que hace costra y tiene un mordisco majo.

Sin ningún género de dudas el pato fue el producto con el que aprendimos a ser modernos hace ya una treintena de años, pues mirando a Francia con humildad y curiosidad aprendimos los rudimentos básicos que nos llevaron por aguas caudalosas hasta hoy mismo, siendo el pato una verdadera “piedra filosofal”.

Papá Bocuse nos enseñó a rascar en las raíces para reconocernos y volar bien alto, y el pato y sus posibilidades sentaron una cátedra sobre la que se modeló el paladar de todo un pueblo. Plántense frente a este cuerno de la abundancia con patas y alucinarán con sus posibilidades; Con su sabrosa grasa se debe cocinar, freír patatas o confitar mollejas, cuellos o alas, los muslos funden y doran en el horno cosa fina y sus carnes magras y melosas se integran en guisotes de legumbres y pucheros.

En la cocina de hoy, apretujados por la prisa, cualquier paté o desmigado convierte en banquete de reyes un simple arroz, un pincho, una tortilla, una ensalada o un gratinado de pasta, ni qué decir tiene que con el solomillo o el foie gras se levantan preparaciones de infarto que gustan a mayores y pequeños.

El amigo Peio Martikorena, además de titán, emprendedor y buena gente, se echó al monte en 1986 con el propósito de llevarnos hasta la mesa los mejores productos del pato navarro con la máxima calidad y seguridad alimentaria, al mejor precio posible. Y vaya que si lo consiguió, puesto que la empresa acaba de cumplir treinta años y su familia sigue liderando el sector abanderada por ricuras tan adictivas como su pechuga fresca, que los más finolis llaman magret y está rico de infarto.

Sáquenlo de la nevera unas horas antes de cocinarlo y háganlo a fuego muy suave por el lado de la piel en una antiadherente hasta que la grasa funda, tueste y se nos haga la boca agua. Retiren la grasa a medida que se deshace y cuando desaparece formando una costra dorada, denle la vuelta y termínenlo hasta el punto deseado, con esa garantía de trazabilidad desde el origen hasta el producto final que Martiko ofrece a sus clientes, ¡aupa Peio!

www.martiko.com
precio aprox.: 12 euros/kg.

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