San Francisco 33

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Pequeño pero matón.


El irresistible encanto del pedazo de bocata con pan crujiente, ¡ay dios!

Dicen que la primera tabla de surf que llegó a España fue a Pamplona, ciudad de alma sanferminera y torera, que ni tiene mar “ni se le espera”, ¡paradojas de la vida! Al parecer, en 1957 allí se rodaba “Fiesta”, cuyo guionista era el estadounidense Peter Viertel, marido de la mítica actriz Deborah Kerr para más señas. El tipo, en una de las escapadas que pudo hacer por los alrededores descubrió que en la bella y eterna Biarritz podía hacer lo que más le gustaba en el mundo, practicar surf, así que pronto se las agenció para, junto a otro compañero de rodaje, traerse unas cuantas tablas de las américas, como el nuevo conquistador de un mundo que aún hoy está en plena expansión.

Lo cierto es que todo este vicio del surf, que todo quisqui coincide en afirmar que es más un estilo de vida que un deporte, prendió de lo lindo en la costa vasco francesa primero y más adelante por nuestros lares, haciendo su irrupción por Gijón, donde dos chavales con más hambre de olas que Carpanta, intentaron auparse sobre una plancha de madera labrada a mano, eso sí, en sus primeros intentos, con más ilusión que acierto.

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De todos es sabido que hoy Zarautz es cuna de surfistas de renombre y tremendo hervidero de esos futuros equilibristas del mar, ¡menudos torpedos! Hay quien asegura que la localidad se ha convertido en la más cosmopolita de Euskadi, con un porrón de turistas rubiales de todo el mundo atraídos por el mambo surfero como auténticos abejorros al panal, en una suerte de “Eusko-Kalifornia” con impronta propia.

En este “revival” tan “Beach Boys”, se echaba en falta en el pueblo una bocatería de nivel, con propuestas variopintas que se saliesen un poco-bastante del sota, caballo y rey habituales, un lugar donde zamparse algo de manera informal pero ejecutado con gusto y mucho swing.

Axel Díaz, profesor de surf zarauztarra, decidió rehabilitar uno de los locales donde guardaba sus aperos para, junto con sus dos bellas mosqueteras, Lorena Eizaguirre y Nuria Oyarzabal, rubiazas cañón que se lo curran del copón, montar lo que ha decidido llamar “San Francisco 33”, un lugar ambientando en los prodigiosos años cincuenta, que a pesar de ser pequeño, cuida y mucho su cáscara. Axel es hijo de un anticuario y como al galgo siempre le viene de casta, el chaval se ha montado una cocinita con azulejos biselados y preciosas superficies de mármol antiguo y detalles relumbrones: si uno chequea con ojo se da de bruces con una hermosísima panera del siglo XVII, un impresionante baúl del XVI o puertas lejiadas, todo en definitiva gasta de una patina especial que muestra carácter.

san-francisco-33_3Además de los pedazo de bocatas, en el garito ofrecen cuatro cosillas pero todas hechas como dios; gazpacho para refrescar el gaznate, unas cuantas ensaladas, -mixta, César, de verano con el concurso de una mezcla de lechugas, fresas, nueces, queso y tomate-, sándwiches tan simples como deliciosos y hasta ensaladas de frutas o un bol de cerezas si cuidamos el tipín y el calor aprieta que no veas.

Después, una decena de bocadillos donde elegir; no falta un buen vegetal, uno de ibérico fetén, con su pan con tomate, jamón, aceite de oliva virgen y sal, el llamado “Fresh”, que en verano entra de cine, con jamón york, queso, tomate, albahaca y aceite de oliva virgen, el “Belartieta”, puro subidón, con crema de queso brie, tomate, cilantro y aguacate, o el “Olivia” con crema de olivas y rúcula, jamón york, queso y tomate, entre otros confites.

El patrón, que es un fenómeno, pidió a unos cuantos colegas que pensaran en sus bocatas preferidos para añadirlos a la carta, incluido al mameluco que esto suscribe; para el “Robintxo”, elegí un clásico impepinable, ventresca de bonito con pimiento rojo, cebollino, aceite y vinagre, una combinación que es pureza pura y para “El Imperial”, otra alianza indestructible, la jugosa ventresca con anchoas, guindillas y mahonesa, ¿se les ocurre mejor relleno porno para un bocata?

El rayo que no cesa, mesié Martín Berasategui, también proporcionó su receta y como no podía ser de otro modo llamó a su pedazo de bocata “Garrote”, así que entre pan y pan descubrirán delicioso salmón ahumado con yogur, cebolleta, pepinillos, perejil y mahonesa a cascoporro, ¡qué ricura dios padre todo poderoso!

Y Eneko Arguiñano, que es como un Tony Curtis pero de Zarautz, tampoco podía faltar a la cita, el “Made in Eneko” es poderoso y esconde cabeza de jabalí, rúcula, guindillas y tomate triturado, ¡pedazo de elenco de estrellazas invitadas!

Desde hace unos meses el garito te da de comer hasta en la misma arena, ya que reparten bocatas en bicicleta por toda la playa, utilizando los número de los míticos toldos como referencia, ¡lujazo en toda regla! Ya saben, “Everybody’s gone surfin’, surfin’ Basque Country, ¡yeah!”

San Francisco 33
C/Balea 2- Zarautz
Teléfono: 640 16 54 74

COCINA Todos los públicos
AMBIENTE Tasca
¿CON QUIÉN? Con amigos
PRECIO 10-15 €

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