El pasado viernes prendimos nuestro chupinazo veraniego empapados de esa actitud optimista que procuramos poner en práctica a través del programa de TV y la escritura, proyectando buen rollo para que todo fluya, transmitiendo ganas de vivir a través del guiso, con imagen y palabras. Martín Berasategui y yo vivimos el sucedido gastronómico como una salsa picosa de asuntos apasionantes en la que se disfrutan los mordiscos: la punzada en la punta de la lengua, el unte con pan, el trago largo con hielos, la sobremesa, la digestión y la buena compañía.
El propósito del programa “Robin Food” es único e inconfundible y su objetivo no es otro que acrecentar la dicha del televidente, apostando por todos esos platillos sin complejos que forman parte de nuestro patrimonio gastronómico. En ETB fueron 828 programas y en nuestra puesta de largo nacional parimos 165 capítulos cargados de buen rollo y positividad con el objeto de transmitir que “todo el mundo puede cocinar si se lo propone”. Gracias mil a Tele5 por su confianza.
Como en todo matrimonio feliz, este año también parimos criaturas bien guapas. Un libro ilustrado con recetas muy molonas, un doble discazo CD con nuestra música favorita, una pedazo revista que el próximo mes de junio estará en sus kioscos y una audiencia fiel, que supera cada día al millón de personas, desde Antequera a Finisterre, que sigue tomando nota de la máxima del programa, ¡cocina y vencerás!
Nunca pudimos soñar pasarlo tan bien trabajando y todo eso, sinceramente, se lo debemos a todos ustedes. Ojalá les crezcan jamones en la guantera del coche. Ya llevamos 993 programas y llegaremos a La Habana ¡Viva Rusia!
