Trinkete Borda

trinkete_2

O de la parrilla-power.

Un asador que cumple un cuarto de siglo de tute diario bajo la misma dirección.

Habrán oído hablar en numerosas ocasiones de la carne de Kobe o Wagyu, esos bichos que se supone reciben atenciones principescas, tienen una carne tierna y sabrosa, casi de mantequilla, con una veta de grasa que se te va la pinza debido a una infiltración intramuscular de escándalo. Es asunto complejo en el que se cuela mucha confusión, picaresca de muchos jetas y alguna que otra dosis de leyenda, entre otras aquella que asegura que en la dieta de los animales se incluye el sake, la cerveza y unos masajes de la china capuchina mandarín, asunto que poco tiene que ver con la realidad.

trinkete_3

Intentaremos centrar la jugada aportando algunos datos esclarecedores, y para empezar, Wagyu y carne de Kobe no es la “misma cosa”. Wagyu es ganado vacuno procedente de Japón que tiene cuatro razas principales y Kobe es la ciudad de la que es originaria una de esas razas, así que ninguna res es “carne de Kobe”, entre otras cosas porque la certificación se otorga después del sacrificio según criterios más estrictos que una vara de medir. Por si fuera poco el lío, el gobierno japonés otorga el sello de Wagyu a reses nacidas y criadas en el país y de linaje puro, y suele exportarse la carne, sí, pero en pequeñas cantidades, así que la mayoría de Wagyu que se produce fuera de Japón no es raza pura sino cruces con reses de raza Angus principalmente. En definitiva, un galimatías de cien pares de pelotas, imposible de resumir aquí.

En cualquier caso, fíjense en la “tontería” que hay alrededor del asunto que hace ya unos años en el mismísimo New York se pusieron de moda las “steak lounges”, lugares donde jalar carnaza en un ambiente bien distinguido e iluminado. En estos garitos refinados, lo más en boga últimamente es darle precisamente al genuino ganado de Kobe. Háganse una idea, la moda del Wagyu en la gran manzana es tal que un afamado restaurante italiano de Madison Avenue factura su ración, que traen por piezas del Japón, por la “irrisoria” cantidad de setecientos dólares por persona, minuta que sube a más de mil cuando la versión del plato se cubre de trufa blanca piamontesa, ¡para mear y no echar gota!

trinkete_1

Los amigos del Trinkete Borda de Irún, con Iñaki Hernández y Alfredo Chávez pilotando la cocina y Nerea Irigoyen y Diego Molina a los mandos de la sala, no necesitan pillar un avión ni nada por el estilo para hacerse con excelente carne de Wagyu, pues producen la suya propia en el caserío Esteutz de Hondarribia, con animales 100% de esta raza, procedentes de embriones importados de Australia. Allí los bichos pastan como marajás y engordan felizmente para ofrecer una carne que se asa en las parrillas del local para tremendo goce de quien las pueda apoquinar.

El restorán tiene a su vez la peculiaridad de contar con trinkete propio, un caserío familiar que se acondicionó en su día para albergar un hermoso lugar donde dar de comer, allá por 1989, con lo que este año cumplen un cuarto de siglo de tute diario bajo la misma dirección, ¡vaya castas!

trinkete_4

El Wagyu no es el único timbre de gloria del lugar, aquí las brasas chisporrotean sin cesar, sobre todo para acoger hermosas chuletas de vaca de otras características, tan buenas o incluso mejores que las susodichas, costillas de ternera de leche y por supuesto cogotes, merluzas y rodaballos pintureros.

No es tontería haber abierto boca antes con unos ricos cogollos de Tudela, una ensalada mixta como dios manda con producto de su propia huerta, unos langostinos plancha o gratinados, unos puerros con vinagreta o unos espárragos especiales, frescura para el coleto ante los calores que se avecinan.

Tampoco faltan nunca en carta la humeante sopa de pescado, una tortilla de bacalao perfectamente cuajada, y platos emblemáticos de nuestro recetario tradicional como la merluza a la vasca, el bacalao en salsa verde o con tomate, unos pimientos rojos del piquillo de suave confitura, o unos pimientos verdes fritos para escoltar el condumio principal.

Rematen faena con cualquiera de los postres: leche fritas, torrijas, flan, natillas, tartas a tutiplén, helado y sorbetes de limón al cava, ¡iepa Joxepa! Los asadores son uno de los inventos más felices de nuestra geografía. Eso es así.

Restaurante Trinkete Borda
Bº Olaberría, 39 (Caserío Borda) (Irún)
Teléfono: 943623235
Página web: www.trinketeborda.com
Email: info@trinketeborda.com
Días de cierre: Ninguno
Pvp medio: 55-60 €

Deja un comentario