Taberna Marinera Karape

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O de un cóctel vasco-andaluz.

Una taberna mestiza, chiquita y rechula en el cogollito de Getxo.

karape_3No se habla de otra cosa de un tiempo acá, en el mercado, en el currelo, a la hora del piscolabis o en cualquier tertulia plomiza repleta de sabiondos repeinados, eso es así, que el pelotazo de la peli “Ocho apellidos vascos”, guionizada por Borja Cobeaga y Diego San José, ha sido de órdago a la grande y bien que nos alegramos, porque en estos tiempos grises que vivimos nos la pone mirando a Talavera que el humor saque pecho, se envalentone y un asunto tan fascinante como el cine siga atrapando las vísceras del personal para hacer con ellas picadillo fino.

A raíz de semejante bombazo me preguntaron hace poco en el XL Semanal acerca de los tópicos más nuestros, que si zampamos como gorrinos pero follamos, sin embargo, menos que las amebas, que como bien saben se reproducen sin meterse mano entre ellas. De entre toda la sarta de idioteces que se me ocurrieron, concluí principalmente que aquí no se cree más que en santa Chuleta y san Besugo de Asís, y que afortunadamente, las mujeres son las que mandan y punto pelota.

La amiga Isamay Briones, periodista de raza y sevillana de pro, tiene una teoría mucho más particular con relación a la película y las relaciones norte-sur. Me asegura Isa que el caso que plantea la cinta sería casi inviable en la realidad, un tipo que bebe los vientos por una vasca de raigambre no cuajaría ni de coña porque el choque patriarcado-matriarcado sería como una bomba de neutrones en plena ebullición, eso sí, al revés las posibilidades de éxito aumentan que no veas. Bien lo sabe ella, pues su chico, Jesús Garay, es un vizcaíno con el culo pelado de dar vueltas por el mundo, marino mercante y apasionado de la mar, que recaló un buen día por la orilla del Guadalquivir y hasta hoy su historia ha ido viento en popa. A Jesús la ciudad le gustó tanto que allí se quedó casi treinta años, que se dice pronto, llegando incluso a regentar dos restoranes sevillanos, la Marinera y Alcocidito, hasta que la pareja decidió volver al verdor del norte entremezclando la cocina vasca y la andaluza tan bien mamadas y metidas en vena.

karape_4Con este espíritu “mestizo”, Isa y Jesús abrieron hace casi año y medio una taberna marinera bien chiquita y rechula en el cogollito de Getxo, con dos mesas interiores y otras tantas exteriores bajo una terraza climatizada. Karape le llamaron, en recuerdo al mote con el que bautizaron a Jesús en sus años mozos, cuando iba a la playa de Bakio acompañado de su inseparable tabla de surf y sus dos perros bóxer, ganándose el apelativo de “Karaperro”, ¡vaya panda de julais!

Karape es por tanto una taberna informal y no un restaurante, en el que conviven el sur, el norte gastronómico y la cocina lenta y sin gilipolleces, no sólo de pinchos sino de cazuelitas en barra y mesa y de “pescaítos” y arroces reventones.

Así que vayan con apetito y piquen a destajo, probando de aquí y allá como emperadores romanos. Entre el picoteo más sureño no suelen faltar los chanquetes, las tortillitas de camarón, el cazón en adobo, las ortiguillas y puntillitas, los chocos fritos o las acedías, entre otras frituras imprescindibles.

Aunque para empezar tampoco sea mala idea darle fino a las anchoas de Santoña bien hermosas, a una ración de jamón ibérico, las gambas plancha, los tigres con tomate, los pimientos recién fritos o un delicioso churrasco de secreto ibérico.

Los huevos estrellados hacen felices al personal, con todos sus mondongos engordantes, ya sean chistorra, chorizo o jamón, y los revueltos se cuajan con temple y buena mano.

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A pesar de las diminutas dimensiones de la cocina les da para sacar cazuelas bien estofadas: callos a la vizcaína, carrilleras de ibérico, albóndigas, ciervo al chocolate y, por supuesto, el timbre de la casa, unos arroces para compartir, especialmente recomendables los de nécoras o el arroz con bogavante, con un bicho mastodóntico de Parque Jurásico que no entra por la puerta.

Desde primeros de mayo en el garito hay un ambiente de relumbrón, el Karape se convertirá en caseta de feria, con sus farolillos y parafernalia cañí. Habrá “pescaíto” frito para parar un convoy, rebujito y manzanilla a cascoporro, sevillanas para darle al zapateo cosa fina y alegría a tutiplén.

Tonto el que no corra, ¡viva Andalucía, redios!

Taberna Marinera Karape
C/ Paulino Mendivil, 13 (Las Arenas) Getxo
Tel.: 688 81 61 23

COCINA Todos los públicos
AMBIENTE Tasco
¿CON QUIÉN? Con amigos / En pareja / En familia
PRECIO De 18 a 22 €

1 comentario en “Taberna Marinera Karape

  1. Isamay

    Ese Deivi!!!!!! Viva Rusia y las antxoas con leche condensada…….peazo guarrindongada!!!!
    Eskerrik asko, te esperamos con las manos en la masa, como dios manda

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