Restaurante Sudestada

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O de un restaurante atómico.

Una cocina con fuegos artificiales la mar de gozosa.

Hay quien dice que Sudestada es el mejor asiático que uno se puede encontrar no sólo en Madrid sino allende sus fronteras, y al margen de este tipo de calificaciones repipis que siempre nos han puesto de los nervios, lo cierto es que este garito espartano esconde una de las cocinas más ardientes, sabrosas y exóticas que hemos probado en tiempos.

Los sheriffs de Sudestada, Estanis Carenzo y Pablo Giudice, que comenzaron con el Chifa que aquí ya reseñamos, son dos bonaerenses con una casta del copón que trajeron al foro hace ya ocho años una propuesta que concentraba la esencia de la fusión gastronómica asiática y americana. Habían visto crecer esta corriente culinaria en el barrio chino de su Buenos Aires natal y sus constantes viajes a Lima y Los Ángeles les convencieron de que la cocina con fuegos artificiales es la mar de gozosa para el body.

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En sudestada la cocina está más construida que en el primigenio Chifa aunque el comedor es de auténtica cartuja, reproduciendo en parte el esquema de los restaurantes sudamericanos humildes, aunque se intuye que esa simplicidad es más que premeditada. Tan austera que da la impresión de encontrarte en un hogar Amish; los camareros, uno de ellos por cierto idéntico a Judas Priest, tienen pinta de predicadores de Alabama que pasan los domingos haciendo galletas de jengibre con sus esposas, ¡alabado sea el señor!

El hilo musical tampoco ayuda mucho a desembarazarnos de esta sensación como de peli trasnochada molona, suena surcoreano o chino, en cualquier momento parece que hará acto de presencia un perlado cerebral que se cepillará de un plumazo a diez comensales y la música seguirá sonando con el mismo soniquete. Como de peli de Tarantino. Eso es así.

Pero una vez superado el impacto inicial, descrito con mucha ironía fina filipina, todo hay que decirlo, uno se centra en la jamada celestial que le espera, así que atentos porque la pirotecnia Zamorano está a punto de reventar, cien mil bombas japonesas explotarán en la boca y alucinarán en cinemascope, ¡como hay un dios!

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En la propuesta actual de Sudestada, esa cocina que bucea en los pucheros del sureste asiático, tiene hoy en día especial relevancia el producto de temporada y en estos meses en concreto, la carne de cerdo ibérico fresca procedente de la matanza que se traen directamente desde Guijuelo. Con tan insigne producto se curran unos rollitos nem vietnamitas que se salen, crujientes de veras, sin gota de grasa en cambio, con un relleno de guarro, angulas de monte y gambas que está de muerte. Todo aderezado con mogollonazo de menta y cilantro, ¡iufi!, y una salsa picante y agridulce electrizante. En la misma línea, las empanadillas rellenas de cerdo ibérico, se acompañan de una ensalada de maracuyá, cebolla, pepino y cilantro perfecta para desengrasar el tinglado, ¡deliciosas!

Ofrecen un menú con siete platillos o uno un poco más largo de nueve pasos, como ellos le llaman, que merece especialmente la pena, por precio y calidad y en el que no falta nunca una sopa alucinante de nécoras y chirlas especiadas que se vierte sobre pochas reventonas y almejas. El invento es de una intensidad brutal y se sirve con zumo de limas y chiles rojos, por si nos pone el mambo y queremos calzarnos el mundo por montera.

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La pluma de cerdo fue la siguiente parada. Hecha a la brasa con un mojo atómico preparado con cangrejo macerado y machacado y remolachas. Lo sirven con un arroz que a primera vista puede parecer un tres delicias pero que está morrocotudo, preparado con anguila, yema de huevo y verduras.

Llega el turno de los curris, la gran especialidad de la casa, dos de high nivel, el de chicharro en tempura, con un fondo cítrico y especiado monumental, con berenjenas y almejas de delicadeza fetén y el curry rojo de carrillera de ternera, con leche de coco y guisantes, ¡una locura genial!

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No faltó una chuleta de carne gallega añeja, con bien de cilantro y lima, sabrosona a más no poder, y un postre de chocolate y café para un final feliz sin sobresaltos.

Tienen unos cócteles customizados que son el mejor remate que podamos imaginar, caipirinhas y caipiroskas de campeonato, nos trincamos un gin tonic con azafrán y granada que nos supo a gloria bendita; y es que sudestada tiene una chispa sideral, mucho swing en sus propuestas no sólo de platos sino también de bebercios. ¡Viva la madre que los parió!

Restaurante Sudestada
C/Ponzano nº 85
28003 Madrid
Teléfono: 91 533 4154
www.sudestada.es

COCINA Todos los públicos
AMBIENTE Modernito
¿CON QUIÉN? Con amigos / En pareja / En familia
PRECIO 50 €

1 comentario en “Restaurante Sudestada

  1. Raquel

    Sudestada es mi restaurante favorito! Sueño con su curry rojo de carrillera. El mejor del mundo. Grande Estanis!

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