Croquetas Ameztoi

O de unas croquetas que se salen del mapa.

Las croquetas de Ameztoi no tienen rival en su segmento de mercado, de hecho pueden presumir de estar mejor que muchas de las bazofias fritas que nos sirven en muchas tascas de los alrededores, ya sabrán que el frito está en vías de extinción.

La de jamón ibérico, para más señas, se sale del mapa, aunque también las empanan de bacalao, carne y verduras, cabrales, espinacas y queso, manzana y pasas o de morcilla, entre otras lindezas.

Se pueden comprar tanto frescas como congeladas. Así que si localizan en su barrio un ultramarino en el que las vendan, no lo duden un segundo y agárrenlas como puedan.

Basta con freírlas en abundante aceite bien caliente para entrar en el paraíso, enseguida forman una coraza bien crujiente que al morder escupe bechamel cremosa y delicada, con unos tropezones de jamón considerables y un sabor paranormal.

Quién le hubiera dicho a Pili, una madre zarauztarra con cuatro hijos, cuando en 1982 comenzara a hacer croquetas en su propia casa para venderlas por el pueblo, que unos cuantos años después su iniciativa acabaría en una pedazo empresa puntera como Ameztoi.

Con buenos mimbres es muy difícil hacer mal cesto.

Ameztoi
Pol. Ind Sansinenea, Pabellón 10
Zestoa 20.740 Guipuzcoa
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