O de un pastelería donde aprovisionarse hasta las cejas.
Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que los dulces fueron milagro pues la escasez estaba a la orden del día y el azúcar era oro refinado.
Los sabores de aquellos tiempos se quedan grabados a fuego en la memoria y ya saben, de repente algo acciona un resorte en la cabeza y el viaje al pasado en asiento de primera está asegurado.
Cuando volvimos a probar los Cocotes Tate de Markina se nos agolparon infinidad de momentos vividos, al instante, no hay duda de que este bocado es un artefacto arqueológico del dulce que toda la vida disfrutamos, antes de existir la Nocilla, los Phoskitos, el Bollycao, y toda esa suerte de guarrindongadas industriales que los chavales devoran hoy con esmero.
El Cocote, al fin y al cabo, no es más que un derivado de la Torta de San Blas o de las rosquillas anisadas que bendecimos a cientos en las romerías, y la pastelería Tate lo borda.
Es masa seca pero crujiente, deliciosa para acompañarse de jerez, oloroso, moscatel o un cubalibre de ron si me apuran, esa tentación que en mi caso despierta los fantasmas de la carta de ajuste, el Mazinger “Z” y las películas en blanco y negro de indios y vaqueros.
Si hacen viaje hasta la pastelería Tate, aprovisiónense hasta las cejas: la bollería, los pasteles, las pastas, las palmeras chiquitas o las tejas, son cosa fina filipina.
Pastelería Tate
C/ Abesu Kalea, 3 –bj
Markina – Xemein 48.270
Telf: (34) 946166069
Pagina Web: www.tatemarkina.com
Email: info@tatemarkina.com
“Cocotes de Markina” P.V.P: 9,90 € docena
“Palmeras” P.V.P.: 10,00 € bolsa 24 uni
“Tejas” P.V.P.: 10,00 € 250 g
Doy fe de todo lo que comentas David