Patxiku-enea

O de un asador que sirve unas chuletas que se caga la culebra.

Recuperaron el sabor de la carne que servían en sus orígenes gracias a Luismi Garayar.

Hay días en los que despiertas con ganas de practicar los vicios gastronómicos más primitivos y ancestrales, quieres olvidarte de chuminadas estratosféricas y prefieres refugiarte en las brasas o la chapa de la económica en las que hasta hace bien poco se tostaban en sartén de hierro poderosas chuletas de ternera. A medida que uno peina canas en los huevos, esos días se convierten en temporadas cada vez más largas y llega un momento en el que no deseas probar jarabes diferentes, pues cada cucharada fortalece los bronquios, despierta el apetito y es la mejor medicina para combatir a ese gourmet de pacotilla que todos llevamos dentro, algunos más despierto que otros, todo hay que decirlo. Si en algún momento encienden la tele, abren un diario o escuchan en radio a uno de esos chefs con la boca llena de misterios insondables hablando en prosa sobre pétalos en flor y el asunto les parece interesante, entonces, aún estarán a tiempo de salvar su alma si enfilan hacia uno de esos lugares que son refugio seguro, sin trampa ni cartón, emplazamientos con aroma y esencia de merendero como el que nos ocupa.

Patxiku-Enea, efectivamente, es dirección a tener en cuenta y plaza que no defrauda para ponerse a salvo de ayatolás, no encontrarán antihistamínico más potente; Localizado en el municipio guipuzcoano de Lezo, junto a las faldas del monte Jaizkibel, mantiene intacto su savoir faire de caserío rústico rodeado de verdes valles, colinas rojas, ocas cantarinas y exuberantes árboles, un auténtico bálsamo ante el ruido sordo de las ciudades.

Los viejos habitantes de la casa fueron siempre reputados asadores que acudieron con sus parrillas allí donde se solicitaron sus servicios, y tan conocidos se hicieron por los alrededores, que el grandullón de Patxi -hijo de la casa-, dio nombre al caserío “Patxiku-enea”, bajo cuya denominación nació el restaurante en 1973; María Ángeles y Emilio decidieron levantar los comedores donde antes durmieron vacas a sus anchas y desfilaron pollos y gallinas, y ante el aluvión de visitantes, se unieron al negocio el resto de familia, Josemaría, Manuel y Patxi, auténtico clan que trabaja unido desde hace más de treinta años; Hoy ven asegurado su relevo con Karmele o Aitor, la siguiente generación, que se desenvuelven con tremendo garbo mientras escuchan boquiabiertos las vivencias que los mayores de la casa cuentan de las épocas en las que los besugos se asaban “a cientos”.

En cocina batallan al pie del cañón Emilio e Iñaki, que tienen el veneno del fuego y de los buenos cortes de carne metido en las entrañas desde los remotos tiempos en los que las fiestas del barrio no disponían de mayor divertimento que las brasas ardientes, y no había jefes mayores que los de “Patxiku” para asar chuletas. Olvídense de los quebraderos de cabeza a la hora de pedir y coman lo que allá se estila, pues lo que ofrecen se sirve inmaculado y lleno de gracia, ¡sin pecado concebida!
La terrina de foie gras casero no tiene desperdicio, siguen la receta de Christian Parra, una vieja leyenda de Urt que dio renombre a La Galupe, cerca de Bayonne, reputado maestro en el manejo de hígados de pato y morcillas; Valen la pena las raciones de pulpo tostado o los langostinos asados a la parrilla, que están de puturrú y nos recuerdan aquellos banquetes de “primera comunión”, vestidos de marinerito.

Pero si el cuerpo pide algo más cuajado, prueben con las tortillas de bacalao, chorizo o jamón, perfectamente resueltas cuando se solicitan grandes y jugosas, o atrévanse con la verdura guisada, que siempre reconforta la panza. Pero llega la hora del fuego y de la brasa purificadora, besugos, lenguados, cogotes, cortes gruesos de merluza, rape y rodaballos, cocinados en su punto y regados con un refrito de aceite de oliva, ajos, guindillas y vinagre de sidra, que les hará gozar y untar pan con frenesí. En el terreno carnívoro, la nueva generación que lleva las riendas ha dado un golpe de timón considerable, recuperando la hechura y el sabor de la carne que servían en sus orígenes gracias a la colaboración de Luismi Garayar, proveedor de las mejores casas y carnicero de los mejores cocineros del mundo, que maneja un género fuera de serie: vacas frisonas que reúnen las características genéticas de las lecheras, de las que se obtienen carnes tiernas, sabrosas y contundentes. Sus chuletas son de ver y no creer, jugosas y de una textura en boca insuperable, con una grasa infiltrada que es puro perfume y se deshace en boca, no darán crédito cuando le hinquen el diente.

No es extraño que hasta allá se acerquen personalidades de todo tipo y condición, desde jugadores de la Real Sociedad o del Athletic de Bilbao, el mismísimo Di Estefano, el multifacético Bertín Osborne -buenas noches señora, hasta la vista, gracias por sus sonrisas, gracias por sus caricias, trulala-, el torero El Juli, el actor Daniel Day Lewis o bellezas patrias como Inés Sastre, “tenerla en cocina tomando notas sobre el asado de besugos fue todo un espectáculo”, recuerdan: digna de embadurnarse con el mejor de los ajilimójilis para darle un bocado en el muslaco, sin género de duda.

Patxiku-enea
Goiko Bailara 7
Barrio Gaintxurizketa-Lezo
www.patxiku-enea.com

COCINA Todos los públicos
AMBIENTE Campestre
¿CON QUIÉN? Con amigos / En pareja / En familia
PRECIO 50 €

5 comentarios en “Patxiku-enea

  1. Periko

    Hace ya tres años que conocí este sitio gracias a una entrada anterior en el blog que se hizo sobre Patxiku-Enea. La chuleta no sé cómo será, pero el besugo… SUPERIOR. Lo probé la primera vez que fui y siempre que voy no puedo pedir otra cosa. Puede que para la próxima le hinque el colmillo a la chuleta, a ver si supera al besugo. ¡Aúpa tolón!

  2. feria

    nosotros llevamos llendo a «patxi enea» creo y mi padre me lo confirma unos 30 años seguidos a comer y a veces tambien a cenar( era yo pequeña y ahora ya tengo mis añitos……..jjjjjjjjj ) y siempre q hemos ido hemos pedido besugo es superior esta buenisimo y el jamon tambien y se lo recomiendo a todo el mundo q se acerque x alli , mi padre siempre le habla a sus amistades del besugo q come alli y muchos de los q han ido nos lo han ratificado , bueno un saludo para todos los del restaurante desde tierras murcianas

  3. angel

    Pues yo voy a ser la nota discordante . Bajo cada año unas dos veces de Francia para comer en mi camino vacacional y de visita a la familia . Este año torci mi camino para pasar por este local viendo los comentarios de David para como dice el dar rienda suelta a mis vicios gastronomicos . Y en concreto para probar lo que ellos llaman con mayusculas su «chuleta gallega» . En mi viaje de subida pare en Epeleta y en el de bajada como cada año hacia en Bedua . Craso error o tenian un mal dia o ni por precio ni por materia prima se acerca ni de coña a una chuleta de cualquiera de estos dos locales . David , mala recomendacion chavalote . Por no decir de la pieza de rape que pedi para mis hijos , de calida baja , lo dejaremos asi . Resumen filtra mejor antes de recomendar , no soy un crack gastronomico pero se diferenciar donde pago y como bien o donde pago y no tienen materia prima buena . Esa es mi experiencia , aviso para navegantes .

  4. DANIEL

    BUENOS DIAS ME LLAMO DANIEL ENEA SOY DE VALENCIA.SOY PADRE DE UNA NIÑA Y ESTAMOS MI MUJER Y YO PARADOS.SI USTED TUVIERA ALGUN PUESTO DE TRABAJO VACANTE YO ESTARIA DISPUESTO A COGERLO MI NUMERO DE TELEFONO ES 666604702.MUCHAS GRACIAS POR SU ATENCION .

  5. Patxi

    Voy el sábado, la comunión de mi sobrina. es un sitio único y la calidad, atención y sabor inigualables.
    Es tanto de mi gusto que todos los años repito desde que lo conozco. Gora Aitor ¡¡¡¡

Deja un comentario