Flashpatxo

O de una chulada la mar de pendeja que se rechupetea y no crece.

Si pertenecen a esa generación que hizo la Educación General Básica y se tragaron auténticos tostones como “La Casa de la Pradera”, a buen seguro tuvieron su lengua teñida de cien colores distintos gracias al polo “Flash”, aquella estaca de hielo que languidecía entre las manos, formando la salsa pringosa más guarrona del planeta, ¡cuántos veranos chupados a ritmo de “Flash”!

Todos llevamos un pequeño cabronazo en las entrañas, así que el último guiño de los chavales del A Fuego Negro de la donostiarra treinta y uno de agosto nos parece una chulada la mar de pendeja, pues lanzaron la “nueva sensación del verano”, nada más y nada menos que gazpachos de tomate, remolacha, mango y manzana verde, congelados y listos para mamarse.

Es un aperitivo tope refrescante que encontrarán en el carrito de helados apalancado en la misma entrada del garito, así que ya saben, hoy más que nunca frente al pincho chungo-caro-chocho-hortera, existen tapas galácticas que derrochan imaginación y sentido común.

Los perros callejeros del A Fuego Negro son maestros y saben dar chirivueltas como nadie, desbaratan las formulaciones y las montan con ingenuidad y suma habilidad, sin complejos, haciendo saltar por los aires todos los códigos postales del recetario popular, ¡vaya cracks!

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