O de un músico de pasión y corazón, periodista de oficio, tragón y catacaldos.
¿Un placer compartido?
Mi sillón con ella (no penséis mal, todavía).
¿Un placer de tu niñez?
Las cocretas de la Petronila y la Orencia.
¿Un olor placentero?
La trufa blanca (con un poquito de parmesano, por favor).
¿Un placer egoísta?
El onanismo (siendo fino).
¿Un placer para tu oído?
Monteverdi (bien cantado, claro).
¿Un placer para tus ojos?
Ella…
¿Un placer carnal?
Lomo alto: Quasicarbonizado por fuera, un milímetro encarnado y bien rojo el corazón.
¿Un placer desconocido?
Ni idea. Lo desconozco.
¿Un placer del gusto?
Este sí que es inconfesable.
¿Un placer anacrónico?
Caminar sin prisa.
¿Un placer que no cueste dinero?
Mirar y respirar el mar.
¿Un placer del que avergonzarte?
¡Ni culpa ni vergüenza! ¿No fue suficiente con 40 años de nacional-catolicismo? (Uy, perdón, ya me salió la soflama política).
¿Un placer fuera de tu alcance?
Tres estrellas Michelín para desayunar, tres estrellas Michelín para comer y tres estrellas Michelín para cenar. Y así, a diario.
¿Un placer irrenunciable?
El Aceite de Oliva.
¿Un placer sobreestimado?
La velocidad, sin duda.
¿Un placer golfo y confesable?
Comer jamón de postre.
¿Quién es Daniel De la Puente?
Músico de pasión y corazón, periodista de oficio, pero sobre todo, tragón y catacaldos.
Mesié Daniel de la Puente nos deleitará próximamente con sus crónicas.
Estén atentos a sus pantallas, ¡que dios nos bendiga la barriga!
David tus articulos siempre van acorde a tu talla pero echo en falta un articulo en condiciones sobre el gran hotel El Peregrino de Puente la Reina, regentado por gente de excepcional y en un enclave de primera. Espero que estes a la altura.
Eres el puto amo del medio
Mola!