Abstinencia

Archivado en: Dicen de mí

abstinencia

Entre rezo y rezo, foie gras, caviar y salchichón.

“Se dispuso alrededor de las mesas, en el interior de palacio, todo tipo de vegetación, árboles incluidos, con la pretensión de que el decorado recordara a una majestuosa comida en el mismísimo campo. Las descripciones que se hicieron, fueron detalladas, y hasta se recreó fielmente el terreno boscoso, disponiendo alrededor de los invitados grandes mantos de hongos silvestres. Se asó en su jugo una ballena. Dio la vuelta infinidad de veces alrededor de la mesa y de los invitados, bajo ramas y preciosos brocados que pendían de los dinteles, al son de la música, los clarines y las trompetas. La sala se refrescaba con grandes fuelles colocados detrás de preciosos tapices y todos los utensilios eran de oro y plata. El ambiente recordaba el lujo pagano de la Roma Imperial. Los sirvientes vestidos con terciopelo y brocados ofrecían dulces, naranjas y malvasía. Otros presentaban fastuosas palanganas con agua de rosas para que se lavaran las manos. Se sirvieron venados asados con toda su piel, cabras, liebres y terneras, garzas y pavos reales con sus plumas e incluso un oso entero asado con un garrote entre sus garras”.

Texto extraído de un banquete ofrecido por Sixto IV a Leonor de Nápoles.

Crédito fotográfico by tavopp