Lola

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lola

O de unos ojos como los de los gatos salvajes.

«Recibí así, muy juntito al trasero de Lola, el mensaje de un nuevo mundo. No es que tuviera sólo un cuerpo, Lola, entendámonos, estaba adornada también con una cabecita preciosa y un poco cruel por los ojos de color azul grisáceo, que le subían un poquito hacia los ángulos, como los de los gatos salvajes. Sólo con mirarla a la cara se me hacía la boca agua, como por un regusto de vino seco, de sílex. Ojos duros, en resumen, y nada animados por esa graciosa vivacidad comercial, que recuerda a Oriente y a Fragonard, de casi todos los ojos de por aquí.»

Escrito por Louis-Ferdinand Céline.

Crédito fotográfico by López de Zubiria