O de un blog recién parido que no cabe en el mapa.
Lo que más me gusta de Miguel Sánchez-Ostiz es que conoce la sensación de comer hasta reventar, me apuesto una conserva de la mejor mendreska. No creo que exista ningún ser humano coherente y que merezca la pena, incapaz de confesar el no haberse puesto ciego de bollos de leche, de hojaldre o de txistor frita con el único fin de satisfacerse como una bestia.
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De hecho, estoy seguro que MSO se compadece de quien no se ha dado nunca el gustazo de comportarse como un jabalí, pues de esa forma averigua uno sus límites privados y la delgada línea que separa al gourmet del zampabollos. Quien conoce la sensación de comer mucho de algo que le pierde, advierte siempre sombras de envidia en la acusación de gula que mortales aburridos lanzan sobre gente noble. Si perteneces a este último grupo -al de los aburridos-, no sigas leyendo, hazme el favor.
El blog de MSO es, como dijo en frase inolvidable un escritor casi olvidado, la bitácora “de la voracidad insaciable y la pluma del pavo”. Pringa cuando entras y al leerlo tiene uno la sensación de comer tocino magro verdadero.
Ya estás tardando. Pincha aquí y verás París.
Crédito fotográfico by anfluque
